Con apenas 15 años, la oriunda del estado Bolívar, Yaleska Colina ya es una de las promesas del voleibol venezolano. Como capitana de la selección nacional femenina sub-17, esta joven atleta lideró al equipo que recientemente se alzó con el Campeonato Suramericano realizado en Lima, Perú, logrando además la histórica clasificación al mundial de la categoría.
«A principios no me gustaba el voleibol», confiesa con sinceridad, quien comenzó en el mundo deportivo practicando gimnasia junto a su hermana mayor», señaló Colina.
Se inició en este deporte por tradición y costumbre familiar y debido a que su hermana mayor jugaba voleibol desde pequeña.
No fue hasta los ocho años cuando comenzó a practicar formalmente el voleibol, siempre junto a su «compañera inseparable».
Tradición familiar
«Desde ese momento comenzó mi amor por el voleibol, disciplina que desde temprana edad mis padres me inculcaron», expresó la voleibolista.
Para Colina, sus padres Leonard Colina y Yexi Lesama ambos ex miembros de la selección nacional de voleibol, han sido pilares fundamentales para la jugadora.
«Siempre fueron parte de mi formación como voleibolista, tanto para mí como para mi hermana Leydimara Colina, quien también es miembro de la selección nacional sub 19. Hasta ahora, continúan aportándonos enseñanzas desde su experiencia», afirmo la menor de las Colinas.
En el año 2012 tuvo su primera oportunidad de participar en un campeonato nacional en Mérida, que «a pesar de no ganarlo, lo recuerdo con alegría. Me sentí emocionada y feliz de jugar en otro estado».
Fue en ese momento cuando el voleibol dejó de ser simplemente un deporte para convertirse en algo más. «Se transformó en un estilo de vida que forma parte de mi familia, primero de ellos y ahora de mí».
El 2024 trajo su primera experiencia internacional con la selección nacional femenina sub-15, que se consagró campeona en los Juegos Escolares de Bucaramanga 2024.
Un sueño
Eso la motivó a seguir adelante y luchar por su sueño de formar parte de la selección nacional, que no tardaría en hacerse realidad. En enero de 2025, fue convocada a la concentración nacional juvenil con miras al Campeonato Suramericano sub-17.
«Me sentí feliz, nunca había estado en una concentración permanente de un equipo. Tenía muchas dudas, pero estaba segura de que quería entrenar y ser selección nacional», aseguró la atacante.
Para la menor de los Colina, lo más difícil fue separarme de mi familia. «Hubo momentos de tristeza e incertidumbre, pero mi hermana ha sido el mayor apoyo que he tenido durante este proceso. Siempre ha estado allí para mí en esos momentos de soledad».
Adaptarse al nuevo sistema de entrenamiento fue un gran reto: «En mi estado solo entrenaba una vez al día, y al llegar aquí me encontré con una tanda de entrenamientos por la mañana y por la tarde. Además, sufrí un cambio de posición: pasé de ser pasadora a punta, un cambio total».
La preparación física también «fue un desafío, el fortalecimiento muscular con pesas era algo que nunca había hecho en mi estado natal, Bolívar».
Superando obstáculos
Los inicios de la concentración no fueron fáciles.»Estábamos dispersas, cada quien tenía su grupo. Los entrenamientos eran fuertes y los ánimos estaban bajos en muchas ocasiones porque las cosas no salían como queríamos».
Con el pasar del tiempo, «fuimos avanzando y uniendo cada día más, todas con el mismo objetivo: asistir al suramericano y ganar el cupo al mundial».
La capitana resaltó el papel fundamental del cuerpo técnico en su preparación:
«Ihosvanni Chambers siempre estuvo allí, preocupado por nosotros, corrigiéndonos y dando indicaciones cada día sin descanso. Sin dudar en cada indicación que nos hacía para ser mejores jugadoras. Junto a Humberto Monte de Oca, ambos fueron nuestros guías durante este proceso que rindió sus frutos, haciendo ajustes tácticos y técnicos, enseñándonos cada día», señaló la jugadora.
Camino al título
Previo al campeonato, el equipo participó en un torneo de preparación con enfrentamientos amistosos contra las selecciones que participarían en el torneo, incluyendo Perú, Argentina y Ecuador.
«En el primer encuentro de la ronda eliminatoria teníamos grandes expectativas ante Argentina, rival que habíamos vencido en los amistosos previos. Pero las cosas no salieron como pensamos: la presión del primer juego y los nervios nos afectaron», reconoció.
Para el segundo partido, la actitud cambió. «Salimos con todo, siguiendo las indicaciones y ajustes técnicos y tácticos que hizo Chambers».
El sexteto tenía conocimiento de que no era un juego fácil, «nos enfrentábamos al doble campeón de la categoría, pero nuestro juego mejoró y lo logramos ganar».
Ante Colombia, el partido era clave. «Necesitábamos ganar 3-0 para poder avanzar. El segundo set fue determinante: estábamos abajo y le dije a Andrea que me montara a mí, necesitábamos ganar, no podíamos perder un set. Pudimos ganar y pasar a la siguiente ronda».
Rol de capitana
Ser capitana y líder dentro de la cancha ha sido un desafío para Yalesaca. «Dirigir a mis compañeras, subir el ánimo y tomar las riendas no ha sido nada fácil, pero he contado con el apoyo del entrenador Ihosvani Chambers, que me ha guiado para desenvolverme en mi nuevo rol».
La punta y capitana revela un ritual importante en su preparación. «Después de cada juego siempre conversaba con mi padre, repasando el partido y recibiendo sus consejos».
Ante Chile, el encuentro no tuvo mayores complicaciones. «El equipo estaba atravesando su mejor momento y estábamos seguras de pasar a la gran final».
Y para la final ante Brasil, la consigna fue clara. «Teníamos que ganar 3-0 y lo logramos».
El sueño
Como joven promesa del voleibol venezolano, Yalesca Coilina sueña con llegar a lo más alto. «Quiero ser jugadora profesional, me encantaría jugar en la liga brasileña, el nivel que tiene esa liga es incomparable».
Pero la estudiante de cuarto año de bachillerato no deja de lado sus estudios. «No descuido continuar con mi formación superior y me gustaría estudiar fisioterapia», concluye la joven atleta que, a sus 16 años, ya es campeona suramericana y tiene en sus manos el futuro del voleibol femenino de Venezuela.
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