En la urbanización Isla Dorada de Puerto Ordaz, los residentes se encuentran en una situación de emergencia ante la inminente amenaza de la cárcava ubicada en las cercanías de la avenida Atlántico.
Tras años de solicitudes sin respuesta, los habitantes hacen un llamado urgente a las autoridades para que se realicen las reparaciones necesarias y se evite una catástrofe en la zona.
La cárcava, que se encuentra aproximadamente a cinco metros de uno de los muros del conjunto residencial, pone en peligro a 322 familias de Isla Dorada.
Según Carla Martinez, residente del lugar, enfatizó a Nueva Prensa Digital que esta situación ha generado un ambiente de deterioro y abandono en la zona, agravado por la acumulación de desechos arrastrados por el agua.
«Dentro de la misma residencia ya hemos tenido dos casos de socavamiento en la calle principal del conjuntó. Esto solo nos alerta que nuestras casas deben estar sufriendo lo mismo», indicó.
Además del riesgo para las viviendas, alertó sobre la peligrosa situación de los postes de alumbrado, cuyas bases se ven afectadas por el socavamiento de la cárcava.
Existe la preocupación de que, de no tomarse medidas urgentes, estos postes cedan, lo que podría resultar en interrupciones prolongadas del servicio eléctrico en la zona, afectando a todo el Eje Atlántico.
Salud pública
Los residentes destacaron que los peligros no se limitan a la infraestructura, sino que también incluyen riesgos para la salud pública.
La acumulación de agua y escombros en la zona propicia la proliferación de insectos transmisores de enfermedades como el dengue y el paludismo, representando un grave riesgo para la comunidad.
«No es posible que nosotros en nuestros hogares hayamos conseguido cualquier cantidad de bichos, desde moscas hasta alacranes. De verdad que con este tipo de cosas no se juega», precisó Martínez.
Ante esta situación crítica, los habitantes de Isla Dorada reiteran el llamado a las autoridades para que atiendan esta emergencia y realicen las reparaciones necesarias en la cárcava, garantizando la seguridad de las familias y evitando una posible tragedia en la zona.
La inacción no es una opción cuando se trata de proteger la vida y el bienestar de la comunidad, y más donde hay niños y adultos mayores.
«Vamos a ver si este año, que es un año electoral y las autoridades de turno quieren votos no toman en cuenta. Pero no queremos promesas, queremos hechos», concluyó.
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