Han pasado ya dos meses desde que el cadáver de Orianni Estefanía Ramos Flores, una adolescente de 15 años, fue hallado sin vida en la quebrada La Viuda, en el sector Las Piedritas de la parroquia Dalla Costa, en San Félix. Sin embargo, para su familia, sobre todo para su abuela Nancy Ramos, el dolor permanece intacto y la incertidumbre sobre quién le quitó la vida a la joven aún no se despeja.
Orianni residía en una humilde vivienda en la calle principal de la comunidad y cursaba segundo año en el Liceo Luis Tovar. Su vida, que para muchos apenas comenzaba, fue arrebatada de forma brutal.
La abuela recuerda con tristeza los detalles que la han acompañado desde aquel fatídico día. Según relató, el cuerpo de Orianni presentaba múltiples heridas de arma blanca, golpes severos y marcas que indicaban que fue posiblemente arrastrada antes de ser abandonada en la quebrada, donde las aguas negras se mezclan con las blancas.
“Tenía heridas en distintas partes del cuerpo, hasta en las piernas. Le quitaron los brackets de un puñetazo y tenía heridas en los labios. Fue salvajemente golpeada”, expresó Nancy entre lágrimas. Además, destacó que no se encontró la ropa que la joven llevaba encima ni otros objetos personales, como su teléfono y aretes, lo que aumenta el misterio en torno al caso.
Sin respuestas
La familia ha hecho lo posible por buscar justicia y acelerar las investigaciones. Sin embargo, hasta ahora, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) solo ha solicitado paciencia, manteniendo a la familia a la espera y sin dar mayores avances en el caso.
La zona donde ocurrió la tragedia es un área olvidada y con poca presencia policial, caracterizada por calles desoladas y oscuridad en las noches, factores que favorecieron a los responsables y aumentan la sensación de impunidad.
La abuela apunta que vio a su nieta por última, cuando se encontraba sentada frente a su casa enviando mensajes desde su teléfono y luego salió a comprar a una bodega que quedaba lejos, en la UD 145.
Luego que la joven regresaba a su casa, una persona observó que detrás de ella, iban tres hombres desconocidos que la seguían de cerca.
Orianni tenía un novio que reside a solo una calle de su casa. Él ha declarado en varias ocasiones ante la sede de homicidios del CICPC, aunque hasta ahora no hay claridad sobre su participación o la de terceros.
Posible crimen pasional
Las hipótesis sobre un posible crimen pasional se mantienen vigentes. Algunos vecinos, que recuerdan a Orianni como una muchacha alegre y sociable, apuntan que su afición por salir a rumbear pudo haber sido un motivo de conflicto. “Era alegre, pero le gustaba mucho la rumba. No creo que eso haya sido bueno para ella”, comenta una habitante de la zona.
El caso de Orianni continúa abierto, pero el silencio y la ausencia de respuestas no hacen más que aumentar la desesperación de quienes la amaron.
Su familia y vecinos piden a las autoridades del CICPC que esclarezcan el crimen cuanto antes y que los responsables enfrenten la justicia, para que la memoria de dicha infortunada no se pierda y no quede más que una historia de dolor sin resolución.
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