Desde hace dos meses el comité adulto mayor «Mauro de Catia» de la UD-338, parroquia Unare, ubicada en Puerto Ordaz, decidió tomar el control del Módulo «Santísima Trinidad», con el fin de reactivarlo, en vista de la numerosa cantidad de habitantes que requieren atención médica.
Han reparado el módulo y se encuentran a la espera de que las autoridades regionales les proporcionen los materiales faltantes, con el objetivo de devolverlo a la comunidad.
«En vista de que se nos ha muerto gente, nosotros tomamos la decisión de tomar este módulo, porque cuando se encontraba en funcionamiento, se le brindaba la atención a alguien, por ejemplo, en el área de ginecología», declaró José Castillo, habitante del sector y miembro del comité «Mauro de Catia» al equipo de Nueva Prensa Digital.
Asimismo, aseguran que han intentado comunicarse con la Alcaldía del Municipio Caroní, enviándole invitaciones para observar el avance del módulo y poder obtener los materiales restantes para completar la reconstrucción.
«La única vez que recibimos a alguien de la gobernación, fueron unos señores que vinieron a inspeccionar y tomar nota, se fueron, estas son fechas de que no sabemos nada de ellos», aclaró Castillo, quien además, agregó que no reciben remuneración de ningún tipo.
Problema sanitario
El comité también denuncia la falta de atención de las autoridades regionales y municipales sobre los problemas sanitarios que se han generado en la UD-338 y Villa Caruachi.
«En la zona se inició un proyecto para una planta de reciclaje de aguas negras, pero eso quedó en veremos. Entonces las tuberías comenzaron a romperse e inundar la mayoría de las calles, dejándonos con una epidemia en cualquier momento», aseveró Salvador Betancourt, habitante de la comunidad y miembro del comité «Mauro de Catia».
Le hacen un llamado al gobernador y al alcalde para solucionar el problema que afecta a aproximadamente unas 5 mil familias residentes en la comunidad.
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