Los habitantes de la comunidad indígena de Cambalache, ubicada en la parroquia Unare, expusieron que diariamente tienen una lucha constante para «sobrevivir», dado que no reciben ningún tipo de ayuda gubernamental.
«En realidad no tenemos un trabajo seguro para que podamos vivir como pueblo indígena, pero con algunas herramientas que tenemos, hemos trabajado y tenemos un sembradío de yuca amarga», dijo Venancio Narváez, cacique de la comunidad.
Asimismo, Narváez señaló que la producción de la siembra de yuca amarga no es suficiente para cubrir sus necesidades, al igual que la pesca y la siembra de otros cultivos.
También, mencionó que no ha recibido ningún tipo de ayuda ni visita de la concejala por la representación indígena, Yamileth Beria, el alcalde del municipio Caroní, Tito Oviedo y el gobernador del estado Bolívar, Ángel Marcano.
«Nosotros aquí en la comunidad no tenemos ninguna clase de ayuda del gobierno, sin embargo, aquí estamos en la buena y en la mala. Le doy gracias a Dios por eso, porque en realidad quiero de mi parte vivir en nuestra cultura, la costumbre de mis abuelos», comentó.
Es por ello que pide cambiar sus condiciones de vida, pero no olvidar las tradiciones indígenas con las que creció y las que ha enseñado a su familia.
«Tengo nietos que son afrodescendiente, pero hablan warao; otros que tienen ojos azules y también hablan warao, dado que esa es la cultura de nosotros y no podemos estar olvidando nuestra costumbre», explicó.
Habitantes de la comunidad necesitan un trabajo fijo
Narváez ha denunciado que la «pobreza extrema» se ha acentuado en la comunidad, debido a la imposibilidad de conseguir un trabajo «fijo y estable» o la ayuda gubernamental para poder subsistir de la comercialización de la masa de yuca o casabe.
«Para poder comer, rayar y vender tiene que ser un conuco grande, pero como nos encontramos limitados no podemos vivir de ese rubro y únicamente logramos medio sobrevivir», apuntó.
Del mismo modo, enfatizó la necesidad de desmentir la creencia de que ellos tienen «riquezas» cuando en realidad viven en condiciones precarias.
Necesitan un médico permanente
Otra de las necesidades que tiene la comunidad es la instalación de un médico permanente, debido a la dificultad de movilizarse hacia los hospitales cercanos para atender a sus enfermos.
«Vienen operativos de médicos aquí trayéndonos remedios para los niños y esto es algo que sucede todos los años, pero como es el inicio del año nuevo, aún no sabemos nada de otro operativo, pero queremos que algún médico se instale con nosotros en la comunidad para realizar tratamientos más rápido», aseguró.
De esta forma, poder contar con alguien que los ayude con los tratamientos médicos, así como poder acompañarlos en las idas a los centros hospitalarios para facilitar los procedimientos.
«Vamos a ver este año, si Dios quiere, que haya, sea hombre o mujer, que sea enviado de Dios acá a la comunidad, para que se movilice con nosotros y nosotros tener los medicamentos lo antes posible», manifestó.
Igualmente, solicitan la construcción de un centro ambulatorio, para que el médico o enfermera pueda trabajar en el centro de la comunidad.
Piden visita de la concejala indígena a la comunidad
Por lo tanto, piden la visita de la concejala indígena, Yamileth Beria, y los apoyé para solicitar ayuda al alcalde o al gobernador con el fin de poder mejorar sus condiciones de vida.
«Aquí en la comunidad hay en total 1200 habitantes entre adultos y pequeños, de niños de 0 hasta 17 años y de 17 hasta 77 años, por ende solicitamos la visita de la concejala para sentarnos a para plantear nuestras necesidades», informo.
Por consiguiente, pide la visita de la concejala por la representación indígena, Yamileth Beria, para poder presentar sus solicitudes y ser elevadas hasta la alcaldía o gobernación.
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