Fráncfort.-El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) advierte a los países del G20 de que ha aumentado de forma dramática la necesidad de créditos a las empresas y hogares por la paralización económica debido a la pandemia.
El FSB ha publicado este miércoles un informe en el que alerta de los riesgos financieros que ha creado la pandemia a los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales de los países del G20, que celebran este miércoles una reunión virtual.
Este organismo, cuya sede está en la ciudad suiza de Basilea, donde tiene una secretaría en el Banco de Pagos Internacionales (BPI), se creó en la reunión del G20 en Londres en 2009 por la crisis financiera.
En el G20 están representadas las economías más avanzadas del mundo y las emergentes como China, India, Brasil y Rusia.
El principal desafío en estos momentos es el incremento de la necesidad de crédito y el segundo es «la incertidumbre sobre el valor de un amplio número de activos, que complica mucho el funcionamiento de los mercados y la intermediación de este aumento de la necesidad de crédito», según el FSB.
«La pandemia de COVID-19 representa hasta ahora la mayor prueba para el sistema financiero después de la crisis», señala el informe.
El BPI recomienda aplicar las medidas de apoyo a la economía, al menos, durante el periodo de crisis y, preferiblemente, posteriormente «cuando se haya establecido la base para una recuperación sólida».
No obstante, el Consejo de Estabilidad Financiera considera que el sistema financiero global es más resistente y puede mantener la financiación a la economía real mejor que en la crisis financiera global de 2008 como resultado de las reformas reguladoras que se tomaron después.
El informe recomienda a las autoridades compartir información para poder analizar y afrontar los riesgos y coordinar posteriormente la relajación de las medidas temporales que han adoptado una vez que se salga de la crisis.
Además, el presidente del Instituto Financiero de Estabilidad, un organismo del BPI, Fernando Restoy, y el jefe del departamento Monetario y Económico del BPI, Claudio Borio, también han mandado algunas reflexiones a los países del G20 sobre las respuestas a la pandemia.
Restoy, que fue vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y subgobernador del Banco de España, y Borio hacen hincapié en que las respuestas políticas deberían «apoyar la actividad económica, mientras preservan la salud del sistema financiero y aseguran la transparencia».
También consideran que la «recomendación a los bancos de utilizar completamente sus colchones de capital y liquidez va de la mano con las restricciones sobre los dividendos y los bonus «, aunque reduzcan el atractivo de los bancos para los inversores.
La flexibilidad en los criterios de clasificación de los préstamos debería complementarse con una publicación de los criterios que los bancos usan para valorar su solvencia, añaden Borio y Restoy.
También recomiendan que los bancos sigan la guía sobre la regulación de provisiones para pérdidas esperadas y que lleguen a acuerdos de transición en sus balances «para mitigar los efectos no intencionados de los nuevos estándares de contabilidad».
El Comité de supervisión bancaria de Basilea y otros supervisores han flexibilizado los requerimientos de capital por exposiciones de riesgo debido a las medidas de apoyo que han proporcionado los gobiernos en muchos países a través de garantías a los préstamos bancarios y moratorias de pago.
Borio y Restoy dicen que el motivo es claro porque «la economía afronta un impacto importante, dado que los legisladores la han puesto en hibernación para abordar la emergencia de salud pública».
«La fuerza mayor dicta que se utilicen todas las políticas para atenuar el golpe y evitar un colapso económico y social», añaden los economistas del BPI.
Los ajustes deberían preservar la salud del sistema bancario y los bancos deberían seguir estando bien capitalizados, tener suficiente liquidez y ser rentables.
Los bancos deben confiar en que las fechas límites para restaurar los colchones de capital serán «suficientemente flexibles y consistentes con la completa normalización de la actividad económica y de los mercados de capital».
Esto es importante en países donde los bancos ya tenían problemas de rentabilidad antes de que estallara la crisis por el COVID-19 y ha tenido dificultades de lograr capital en los mercados financieros a condiciones razonables, según Borio y Restoy.
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