Novak Djokovic por fin puede decir que es campeón olímpico después de vencer a Carlos Alcaraz en los Juegos Olímpicos de París 2024.

El serbio Novak Djokovic mostró el mejor nivel del año en esta final tan importante en su carrera para llevarse el título de campeón que faltaba en su vitrina.

Con un resultado apretadísimo de 7-6(3) 7-6(2), Nole hizo historia con Serbia tras un partidazo con letras mayúsculas con el que eleva el H2H a 4 victorias frente a las 3 de Alcaraz.

Por fin el serbio tiene entre sus manos ese oro que se le resistió en cuatro ocasiones.

Ahora es una realidad y Djokovic ya puede dormir con un sueño cumplido más.

Una lucha titánica desde el inicio

Una final olímpica de estas características no podría arrancar de otra manera que con una lucha titánica desde el minuto 0, con ambos jugadores aumentando el nivel durante 1 hora y media de primer set.

Nole entró a la Philippe Chatrier presionando, pero con un Carlitos sabiendo mantener la intensidad en los momentos de tensión.

Eso sí, al inicio, el español tardó un poquito más en entrar en el partido, pues estuvo dejándose llevar un poco por el juego del serbio.

El murciano necesitaba imponer el suyo y dejar atrás esas pequeñas dudas que casi le hicieron ceder su servicio en blanco.

A estas alturas empezaron a jugarse los mejores intercambios del encuentro, con un Carlitos más listo que su rival para remontar e imponerse mentalmente.

Momentos críticos y un tie-break decisivo

Ganando sensaciones ahora el español, Novak empezó a pasarlo realmente mal en ese 4 iguales ante las constantes oportunidades de su rival de meterle un zarpazo al marcador.

Ambos jugaron un nivel de tenis altísimo con intercambios que rozaron lo increíble con un Carlos, ahora sí, imponiendo su juego y su derecha y con un Nole algo desbordado.

Sin embargo, el murciano no logró llevarse el ansiado break, pues el serbio acabó ganando todas las batallas.

Ahí radicó la clave del set, en que Nole se llevó los puntos más importantes que hubieran cambiado todo.

Las cosas acabaron decidiéndose en un tie-break en el que un resto ganador de Nole lo cambió todo. A un set de la gloria Djokovic.

Nole, en estado de gracia

A estas alturas, Carlos necesitaba resetear mentalmente y dejar atrás esa impulsividad que le condenó en el parcial anterior.

De acuerdo con el portal Punto de Break, el español tenía que dar algo más y deshacerse de la ansiedad con la que arrancó este segundo set, pero es que su rival no le dejaba respirar ni un mínimo.

La sensación anímica de Carlitos no estaba siendo nada buena y la sensación de ir a remolque era evidente.

Nole estaba totalmente mentalizado y dos pasitos por encima de su rival, especialmente con el servicio con el que estaba siendo intratable.

Entre todo eso, los puntazos que nos regalaron fueron dignos de estudio, elevando el partido a un status del tenis inmejorable.

Por momentos el español fue encontrando mejores sensaciones, pero no terminó de aparecer el Carlitos que tanto aparece en las grandes finales.

La culpa fue de un Nole estratosférico que tampoco logró romperle el saque a su rival, pero que se volvió a imponer en un tie-break titánico.

Las dudas nublaron a Carlitos, que no pudo desarticular a un encaminado Djokovic hacia la gloria en París.

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