Madrid, España. El Atlético de Madrid quedó eliminado este jueves en cuartos de final de la Liga de Campeones por el RB Leipzig alemán, un resultado que no puede calificarse de otra forma que como un batacazo para el equipo rojiblanco, subcampeón en dos de las últimas seis ediciones del torneo y derrotado por un debutante en cuartos.
La incapacidad para contrarrestar el planteamiento táctico del entrenador alemán Julian Nagelsmann, la inoperancia del centro del campo rojiblanco, la desconexión con los delanteros Diego Costa y Marcos Llorente, la incorporación tardía del portugués Joao Félix, autor del gol del empate y la falta de reacción en las sustituciones marcaron la última decepción rojiblanca.
- La incapacidad para anular el planteamiento del Leipzig
El RB Leipzig de Nagelsmann tiene fama de ser un equipo tan dinámico que en ocasiones es muy difícil identificar cuál será su formación inicial, pero había claves de su juego bien conocidas que se vieron en el José Alvalade y contra las cuales el Atlético no tuvo un plan de acción.
La presión alta sobre la salida del balón del rival, la ocupación amplia de los espacios apoyado en los carrileros y los centrocampistas, la intensidad en las segundas jugadas… Todos estos elementos eran esperables en el equipo financiado por la empresa austríaca Red Bull, y el Atlético no supo contrarrestarlos.
Si el entrenador argentino Diego Pablo Simeone se caracterizó en sus mejores temporadas europeas -las finales de 2014 y 2016- por preparar de forma minuciosa los duelos ante rivales de prestigio como el Barcelona o el Bayern Múnich, estudiando sus debilidades y resguardándose de sus amenazas, no lo pareció ante el Leipzig.
- Un centro del campo superado
Consecuencia del punto anterior, la presión del Leipzig y la acumulación de hombres del cuadro alemán en el medio -no solo el pivote esloveno Kevin Kampl, sino los volantes, el austríaco Marcel Sabitzer y el francés Christopher Nkunku, incluso el mediapunta español Dani Olmo- ahogaron el centro del campo rojiblanco.
Así, el mexicano Héctor Herrera y Saúl Ñíguez parecían completamente desconectados de Koke Resurrección, generador habitual de juego rojiblanco desde la banda derecha, y solo podían buscar en largo al extremo belga Yannick Carrasco, lo que redundó en un sinfín de pases erróneos y pérdidas de balón.
«Han entendido muy bien el partido, han creado superioridades sobre todo por fuera, era difícil robar, porque hay muchas jugadas que no estás ni cerca (…) Te hacen ir reculando, y cuando recuperas te quedan tantos metros que es difícil avanzar y hay mucho espacio entre nosotros», admitió Saúl a ‘Movistar Liga de Campeones’ tras el encuentro.
- Costa y Llorente, dos islas
Simeone apostó en Lisboa por la pareja atacante que mejores réditos le había ofrecido durante el final de la Liga: Diego Costa como referencia y Marcos Llorente, la gran irrupción del final de curso pasando de mediocentro a delantero, buscando el balón en velocidad. Pero ambos pasaron desapercibidos.
No solo estuvieron desasistidos, víctimas de un centro del campo cortocircuitado. A Costa se le percibió lento en casi todas sus acciones, muy lejos de su mejor versión e incluso de la que mostró en algunos duelos ligueros recientes; mientras que Llorente no pudo encontrar huecos para explotar su velocidad ante la robustez de los tres centrales del Leipzig, sobre todo el francés Dayot Upamecano.
Tanto fue así, que fueron los dos jugadores titulares que menos pases recibieron (17 cada uno, según las estadísticas de la UEFA) y ninguno de los dos llegó a tirar a puerta. Los tres disparos a puerta del conjunto rojiblanco en todo el partido fueron el gol de penalti de Joao Félix, el disparo de Carrasco en la primera parte y un cabezazo del montenegrino Stefan Savic.
- Joao Félix, ¿demasiado tarde?
La irregular temporada de Joao Félix en su primer año como jugador del Atlético no hacía extraña su suplencia, pese a la entidad del duelo y los 126 millones de euros de su fichaje, ya que Marcos Llorente había acreditado sobradamente su competencia para ser el segundo delantero del esquema rojiblanco. Pero es cierto que cambió el partido de tal manera a su salida, que cabe preguntarse si debería haber sido introducido antes.
Con un Atlético totalmente desconectado entre defensa y ataque durante toda la primera mitad, parecía necesario encontrar un futbolista que pudiera romper las líneas de presión con regates y pases a sus compañeros. Joao Félix se mostró tremendamente efectivo en esa labor desde su salida en el minuto 58 en lugar del mexicano Héctor Herrera, y generó el peligro que hasta entonces solo había obtenido Carrasco, con la consecuencia del penalti y el gol.
¿Hubiera sido el duelo de otra manera si el mediapunta luso hubiera estado antes? Es difícil de asegurar, porque de hecho tras el gol el Leipzig reajustó su esquema para hacer que el ‘7’ rojiblanco redujese su peligro.
- Nagelsmann ganó la batalla de los cambios
El duelo entre Simeone y Nagelsmann era uno de los grandes atractivos de esta eliminatoria de cuartos de final. Un entrenador consolidado como el argentino, con la seguridad defensiva y la agresividad como señas distintivas; frente a un técnico emergente como el alemán, que hace de la movilidad de sus jugadores y de la tendencia ofensiva sin especulaciones sus banderas.
Un aspecto que ambos compartían era su capacidad para influir en los partidos desde los cambios. Simeone dio con la tecla introduciendo a Joao Félix para empatar el duelo, pero luego Nagelsmann fortaleció el medio campo con el estadounidense Tyler Adams y el maliense Amadou Haidara, con lo que apagó al luso.
Con el 1-1 en el marcador y más de diez minutos por delante, la única reacción de Simeone fue, ya en el descuento, meter al central brasileño Felipe Monteiro por Koke para ganar un cabeceador en el área rival. Antes, además de a Joao Félix, había cambiado delantero por delantero para introducir a Álvaro Morata por Diego Costa.
Tenía dos cambios más y muchas variantes. No recurrió ni a Víctor Machín ‘Vitolo’ ni al francés Thomas Lemar para buscar caminos hacia el gol, ni al colombiano Santiago Arias para paliar una más que discreta actuación del lateral inglés Kieran Trippier. No pudo influir en el equipo para conseguir la victoria y la batalla de los cambios se la anotó Nagelsmann.
EFE noticias
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