Damasco.- El Ejército sirio entró este miércoles por primera vez desde 2013 a un área de la provincia meridional de Deraa que mantenía asediada desde hace más de dos meses, como parte del enésimo acuerdo con los opositores locales para solucionar el conflicto surgido desde entonces.
«Unidades del Ejército Árabe Sirio entraron en el área de Deraa al Balad el miércoles e izaron la bandera nacional en el ‘centro para la resolución’ en el barrio de Al Arbain, en el marco del acuerdo de resolución propuesto por el Estado», informó la agencia de noticias oficial siria SANA.
Deraa al Balad, uno de los principales barrios de la capital de la provincia de Deraa y que estuvo controlado por los rebeldes desde poco después del estallido de la revuelta contra el presidente sirio, Bachar al Asad, en 2011, fue cercado por las tropas gubernamentales a finales del pasado junio para tratar de ganar una serie de prerrogativas con el fin de aumentar su poder en la zona.
Desde entonces, los opositores de Deraa, que en 2018 firmaron un acuerdo de rendición con mediación rusa, y Damasco alcanzaron más de una decena de pactos para el levantamiento del cerco al barrio capitalino a cambio de la entrega de armas por parte de los antiguos rebeldes y la creación de puestos de control gubernamentales.
En línea con el resto de acuerdos fracasados en los últimos dos meses y medio, el pacto que permitió hoy la entrada del Ejército a la zona establece «arreglar el estatus de los hombres armados, entregar sus armas al Ejército y la salida de los terroristas», de acuerdo con SANA.
La evacuación de antiguos insurgentes residentes en Deraa al Balad que no quieren adherirse al «proceso de reconciliación» ha sido uno de los principales puntos de desacuerdo, pues Damasco demanda que se vayan a la provincia noroccidental de Idlib, último bastión opositor en Siria, y ellos abogan por salir a Turquía o Jordania.
La agencia de noticias oficial aseguró que los militares sirios ya han comenzado a construir una serie de puestos de control en el área, lo que les permitirá luego lanzar una operación para requisar todas las armas que dejaron atrás los rebeldes y eventualmente el regreso de las «instituciones» y la reconstrucción de la infraestructura.
EFE
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