Acota, que la última batalla fue la naval en el lago de Maracaibo en 1823, de grandes proporciones y liderada por el almirante José Prudencio Padilla.
Además de la figura siempre resaltante de Simón Bolívar, quien conduce la batalla, hay un estado mayor conjunto con generales que comandan tres divisiones: una de José Antonio Páez; otras dos de Ambrosio Plaza y Manuel Cedeño. Con la muerte de los valientes Plaza y Cedeño durante el combate, la gloria de haber vencido en Carabobo y sobrevivir se la lleva José Antonio Páez, quien disfrutó de esta fama por mucho tiempo.
El otro factor de gran importancia en la batalla de Carabobo es la legión Británica, de eso no cabe la menor duda, asevera el entrevistado.
El historiador parece no coincidir en la importancia que hoy día se le da a Pedro Camejo, o Negro Primero, otro héroe al que suelen dar protagonismo en estos tiempos chavistas. Expresó que se trataba de un oficial que formaba parte de la división que comandaba José Antonio Páez, incorporado a su ejército de Apure. “A partir de su muerte en la referida batalla se fue creando una suerte de mito o símbolo”, expresa.
Ante una pregunta sobre la participación de las mujeres en el combate de hace 200 años, Arraiz refiere que “En todos los ejércitos había mujeres … No se nos escapa que los ejércitos movilizan a 5 mil o 4 mil personas, hay que darles de comer todas las noches, asistir a los heridos. Los ejércitos tienen médicos pero tienen enfermeras también de modo que sí que en todas estas campañas militares las mujeres han tenido una participación en distintas áreas, no propiamente bélica, sino de asistencia, pero una participación de gran importancia”.
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