Tiflis.- Las autoridades de Nagorno Karabaj estimaron hoy en 25.000 los refugiados que ya han vuelto al territorio, escenario entre el 27 de septiembre y el 10 de noviembre de una cruenta guerra entre tropas armenias y azerbaiyanas que dejó miles de muertos.
«Sólo en cinco días han vuelto 25.000 personas, según los datos de nuestro centro de registro», dijo Araik Arutiunián, líder karabají, al reunirse con el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, que colgó un vídeo del encuentro en Facebook.
Arutiunián destacó que el retorno de la población al Karabaj se está produciendo «a un ritmo bastante rápido», aunque reconoció que aún hay problemas con la seguridad y las carreteras.
Aunque, seguidamente, los representantes de la misión de paz rusa en la zona aseguraron que, después del desminado, la carretera que une Armenia y el Karabaj, el conocido como corredor de Lachín, es completamente seguro.
«Todo está tranquilo. La gente viene con sus familias, hijos y propiedades. Pueden sentirse seguros», dijo a medios rusos.
El Karabaj, territorio poblado mayoritariamente por armenios, tenía más de 150.000 habitantes cuando estallaron los combates, de los que unos 90.000, en su mayoría mujeres y niños, abandonaron la autoproclamada república, según Moscú.
Con todo, las autoridades armenias han perdido el control de más del 70 % del territorio, reconquistado por Azerbaiyán o cedido en virtud del acuerdo anunciado el 10 de noviembre que puso fin a las hostilidades.
La prensa publicó esta semana imágenes de cómo los armenios destruían sus casas en las localidades que pasarán bajo control azerbaiyano, por lo que se descarta el retorno de los armenios a esas zonas del Karabaj.
A esto hay que sumar los problemas de vivienda, infraestructuras y suministro, y la llegada del invierno, problemas que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó solucionar a una delegación gubernamental que visitó el sábado Ereván y Bakú.
Según Rusia, otros 45.000 azerbaiyanos tuvieron que abandonar las zonas colindantes con el Karabaj, a lo que hay que sumar los refugiados que tuvieron que dejar sus casas en la república durante la guerra de 1992-94, cifra que Bakú estima en cientos de miles.
El presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, prometió esta semana el pronto tendido de nuevas carreteras y la reconstrucción de las viviendas para facilitar el regreso de la población.
Rusia anunció el viernes el fin del despliegue de 1.960 militares en Nagorno Karabaj, contingente que se encargará de garantizar la paz en la zona durante los próximos cinco años.
Además, también ultima con Turquía los detalles del funcionamiento del centro de observación conjunta en territorio azerbaiyano de acuerdo con el memorándum bilateral suscrito el 11 de noviembre, que recabará de manera remota informaciones sobre cualquier infracción del alto el fuego.
Los combates en el Karabaj, enclave en disputa entre armenios y azerbaiyanos desde 1988, estallaron el 27 de septiembre y se cobraron durante 44 días de combates la vida de miles de personas entre civiles y militares.
Armenia controlaba el territorio desde su victoria en la anterior guerra (1992-94), tras lo que entró en vigor un frágil alto el fuego roto en numerosas ocasiones, aunque, con la excepción de la guerra de los cuatro días de 2016, nunca a gran escala.
En virtud del acuerdo patrocinado por Moscú que puso fin a la guerra, Azerbaiyán controlará más de dos tercios del territorio del Karabaj, república que proclamó su independencia tras celebrar tres referendos (1991, 2006 y 2017), aunque ésta nunca fue reconocida por la comunidad internacional, ni siquiera por Ereván.
EFE
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