“En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos mientras se dirigía a Jerusalén. Alguien le preguntó: «Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvarán?» Jesús respondió: «Esfuércense por entrar por la puerta angosta, porque yo les digo que muchos tratarán de entrar y no lo lograrán. Si a ustedes les ha tocado estar fuera cuando el dueño de casa se levante y cierre la puerta, entonces se pondrán a golpearla y a gritar: ¡Señor, ábrenos! Pero les contestará: No sé de dónde son ustedes. Entonces comenzarán a decir: Nosotros hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas. Pero él les dirá de nuevo: No sé de dónde son ustedes. ¡Aléjense de mí todos los malhechores! Habrá llanto y rechinar de dientes cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes, en cambio, sean echados fuera. Gente del oriente y del poniente, del norte y del sur, vendrán a sentarse a la mesa en el Reino de Dios. ¡Qué sorpresa! Unos que estaban entre los últimos son ahora primeros, mientras que los primeros han pasado a ser últimos.»

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana

La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor al Beato Contardo Ferrini, Laico, de la Tercera Orden Franciscana, estudioso y catedrático de derecho romano en las universidades de Pavía, Mesina y Módena, por lo que un ambiente de una intelectualidad desacralizada vivió, trabajó y estudió, como un fuerte roble que no cedió ante las presiones del mal, por lo que pudo exclamar: “permanecí firme sin doblegarme, como un cedro del Líbano”. Nació en Milán el 4 de abril de 1859 y murió en Suna de Verbania, el 17 de octubre de 1902. Lo beatificó Pío XII en 1947, y está sepultado en la capilla de la Universidad Católica de Milán, como modelo de un catedrático católico.

Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Lucas capítulo 13, del verso 22 al 30. En el que se destaca la labor y misionera de nuestro Señor JESUCRISTO y el encuentro con un transeúnte, que lo abordó para preguntarle sobre la cantidad de los que serán salvados o entrarán al Banquete de la Vida Eterna. JESÚS, como otras veces, responde cambiando la dirección de la pregunta y la pone en otro contexto.

De tal manera que, para poder participar del Banquete, hay dos factores vitales que hay que considerar: la puerta es estrecha y el tiempo, que es escaso. En el caso de la puerta, hay que tener en cuenta que en las ciudades antiguas “la puerta”, era uno de los lugares más importante, donde se ubicaba el mercado, los tribunales y las salas de tertulias. Y había dos entradas, la puerta ancha era la entrada de mercaderes, reyes y emisarios reales, y la puerta angosta era un pasaje de seguridad por el que entraba el común de la gente.

Y el otro factor a considerar, es que si uno no se decide a tiempo corre el riesgo de llegar tarde y no valdrán las súplicas, ni los razonamientos de relleno, porque el amo de la casa reducirá las cosas a lo esencial: “no sé quiénes son, malvados”. Será la hora del atropellamiento, ya que vendrán invitados de los cuatro puntos cardinales a sentarse en el Banquete, porque la salvación no está vetada para nadie, pero hay que decidirse a tiempo.

Al confrontarnos con el texto, vemos que, como seguidores de JESÚS, debemos discernir sobre las realidades que nos impiden acceder de manera íntegra a la propuesta del Maestro de hacer realidad su Mandamiento de Amor, en nuestras familias, sitios de trabajo o de estudio, también en nuestras comunidades Eclesiales, donde es un imperativo vivir plenamente la Solidaridad y la puesta en común de nuestros bienes materiales, dones y talentos.

Gestos visibles que nos permiten saborear los Valores del Reino de DIOS, en medio de este mundo lleno de obstáculos y dificultades y a los que podemos hacerle frente, si leemos y meditamos la Palabra de DIOS y la hacemos vida en nuestras vidas. Es este el Camino que nos conduce al encuentro pleno con Aquel que nos ha amado y ha Hecho lo necesario para que encontremos la Felicidad Plena. Por eso es que pasar por la puerta estrecha de la renuncia a las ambiciones desmedidas y a las pasiones desenfrenada, es muy necesario y es el Camino seguro para gozar plenamente de la Promesa de la Vida Eternamente del PADRE, Hecha Realidad en la Persona de Nuestro Señor JESUCRISTO, que se inicia en esta vida terrena, construyendo comunidades.

Teniendo claro que la adhesión al Proyecto de JESÚS, permitirá que seamos reconocidos, amados, elegidos y contados entre aquellos que hemos cumplido la Voluntad de DIOS. Ya que hacer realidad el Reino en medio de nosotros, debe de ser una tarea diaria, un modo de ser y de estar en medio de la sociedad, de tal manera que muchos puedan integrarse a esta Comunidad del Camino con el ejemplo de cada uno de nosotros.

Señor JESÚS, ayúdanos a despojarnos de todos los impedimentos morales y materiales que nos impide ponernos en camino para poder participar en el Banquete de la Vida Eterna, ya que no tenemos ningún título que nos garantice la entrada, sino la esperanza de creer en Tú Palabra. Amén.

Luis Perdomo

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