El presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), Celso Fantinel, advirtió que más de 2 mil trabajadores del campo han cesado sus actividades en los últimos cuatro años.
Aunque esta cifra es menor a la cantidad de productores activos, no es ideal considerando la situación económica del país, compartió El Diario.
«No es anormal, pero tampoco es normal. Tal vez esas tierras son tomadas por otros familiares u otros agricultores, pero no es lo que queremos», declaró Fantinel a Unión Radio el 27 de octubre.
Razones del abandono
Entre las razones por las que los productores han abandonado sus labores, Fantinel mencionó la pérdida de tierras y cosechas, así como la falta de financiamiento para continuar con sus proyectos.
Instó al gobierno a garantizar mecanismos que permitan a los agricultores permanecer en sus tierras cultivando.
Impacto en cultivos clave
No es la primera vez que Fantinel alerta sobre la deserción de agricultores en Venezuela. El 16 de octubre declaró al periódico El Siglo que los rubros más afectados por la pérdida de personal son el maíz, el arroz y el café.
Afirmó que el financiamiento actual es insuficiente y que el sector requiere una inversión anual de 1,5 millardos de dólares para trabajar más de 2,5 millones de hectáreas y volver a ser competitivo.
Un monto menor a los $2 millardos que, asegura, el gobierno ha gastado en la adquisición de materias primas que fácilmente podían producirse en Venezuela.
Dependencia de importaciones
Fantinel agregó que otro factor que afecta significativamente al sector es su dependencia de las importaciones.
Explicó que más del 90 % de los agroinsumos son importados y se pagan en divisas, lo que no solo aumenta su precio, sino que supone presiones a los productores que vuelven su negocio poco rentable.
Brecha cambiaria
Otra de las dificultades que enfrenta el sector agrícola es la actual brecha entre la tasa de cambio oficial, fijada por el Banco Central de Venezuela (BCV), y el dólar del mercado paralelo.
Como mencionó Fantinel, el costo de los insumos importados obliga a los productores a pagar con divisas, pero el déficit que experimenta la banca para cubrir la demanda obliga a muchos a recurrir al paralelo, cuyo valor actual es de 49,12 bolívares por dólar, cuando el oficial sigue siendo de Bs. 40,88/$.
La brecha cambiaria genera pérdidas para los productores, quienes compran insumos a tasa paralela, pero luego deben vender su mercancía anclada a la tasa oficial.
Sus ventas terminan siendo muy inferiores al costo final con el que se comercian sus productos en las ciudades, hasta cuatro o cinco veces más caros.
Financiamiento insuficiente
Fantinel concluyó que es insuficiente el financiamiento para el sector, pero se logró reactivar la Bolsa de Productos e Insumos Agropecuarios de Venezuela (Bolpriaven), la cual viene trabajando en instrumentos para captar dinero con las ventas a futuro.
La situación del sector agrícola en Venezuela requiere atención urgente y medidas efectivas por parte del gobierno para garantizar la sostenibilidad y competitividad de los productores nacionales.
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