París.- El rey de España, Felipe VI, ensalzó este viernes el papel de la OCDE en la «reconfiguración desordenada» que ha sufrido el orden mundial en los últimos años tras una crisis financiera, una pandemia, una guerra en Europa y la crisis de la energía con alta inflación.
«Sabíamos que el cambio estaba ocurriendo, pero no con cuánta rapidez», destacó el monarca español, que visita hoy la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en un discurso ante el Consejo, su máxima instancia.
Ahora, advirtió, «la guerra en Ucrania ha desvelado un nuevo escenario geopolítico en muchos aspectos. La democracia, las libertades individuales y los derechos humanos están, no hay duda, bajo una severa amenaza», ante la que destacó el compromiso de España con el multilateralismo.
Felipe VI comparó la situación actual que vive el mundo con la que había en 2007, en su anterior visita a la organización, cuando todavía era Príncipe de Asturias.
Entonces «nadie podía saber» que el mundo afrontaría tantas crisis de forma consecutiva. «Desde entonces, los actores y el guión han cambiado mucho», reflexionó.
Resaltó que el mundo está inmerso en varias transiciones que ocurren de forma simultánea, a nivel energético, digital y demográfico.
«ENORME TRABAJO» DE LA OCDE PARA EL MUNDO
Por ello, subrayó el «enorme trabajo que realiza la OCDE y su tremenda relevancia práctica, no sólo para sus miembros sino para el mundo en general».
Especialmente, valoró la reacción de la organización a la pandemia, con respuestas comunes basadas en la protección de los trabajadores y del tejido productivo; y en la salida de la crisis sanitaria, bajo el lema «reconstruir mejor», lo que significa «un crecimiento fuerte, verde digital e inclusivo».
Después llegó «la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania», con una respuesta «rápida e inequívoca», que se tradujo en aislar a Moscú de la organización, en la apertura de una oficina en Kiev y en apoyar la recuperación y la reconstrucción ucranianas cuando llegue el momento.
El monarca español advirtió de que la situación internacional «sigue siendo compleja» debido a la subida de la inflación, ante lo que la OCDE ha promovido estímulos fiscales dirigidos a proteger a las capas de la población más afectadas.
También valoró cómo la OCDE trabaja junto a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) para preparar al mundo para afrontar el próximo invierno, y con la Organización Mundial del Comercio (OMC) para evitar el proteccionismo como respuesta a las carencias de la globalización.
Todo esto «ha revelado un nuevo escenario geopolítico de competencia entre diferentes sistemas políticos en amplias regiones de África, América Latina y el Indopacífico», constató.
Por ello, destacó que «en la carrera para construir alianzas y asociaciones» por todo el mundo, el Centro de Desarrollo de la OCDE -que forma parte de su visita- tiene un papel «aún más relevante como constructor de puentes» con esas regiones.
«En un mundo cada vez más complejo, incierto e independiente, creemos firmemente que el mejor camino es trabajar de forma constructiva a través de las instituciones multilaterales», y por eso España «está orgullosa» de su papel en la OCDE como «un miembro activo comprometido con mejores políticas y mejores vidas».
El secretario general de la OCDE, el australiano Mathias Cormann, agradeció al rey la visita y el papel de España dentro de la organización, especialmente en cuestiones de desarrollo y en el diálogo y la cooperación con países no miembros de otros continentes.
A su llegada a la sede de la organización, el monarca español, que iba acompañado de la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, señaló a la prensa que «hacía unos añitos que no venía».
Después firmó en el libro de honor y mantuvo una reunión con Cormann, antes de participar en la sesión especial del Consejo.
Posteriormente, mantuvo un almuerzo de trabajo con unas cuarenta personalidades, entre las que había una presencia destacada de embajadores de países africanos.
A continuación, debe acudir al Centro de Desarrollo de la OCDE, situado en Boulogne-Billancourt, a las afueras de París, que trabaja con los responsables de países en desarrollo y emergentes para aportar instrumentos que promuevan el crecimiento económico y la mejora de las condiciones de vida en la población.
El monarca español será el primer jefe de Estado que visita ese centro.
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