Ciudad Guayana- La vida de Hernán Rodríguez está marcada por el bolero. Nació en Ciudad Bolívar en 1942 y desde pequeño sintió esa atracción por la música. Durante su vida ejerció diferentes roles, pero su favorito es ser cantante y resaltar uno de los amores de su vida: Ser parte de los “Cuatro del Recuerdo”.
Rodríguez dejó sus canciones impresas en una ciudad industrial y no hubo mejor manera de retribuir su trayectoria que en un homenaje íntimo rodeado de amigos, familia y admiradores. El encuentro se efectuó en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y fue un recordatorio de las serenatas de los años 20, 30, 40, 50 y 60.
Una despedida para Hernán
Las despedidas siempre son difíciles y los ojos llenos de lágrimas de Rodríguez lo confirman. Dentro de poco dejará atrás su tierra, pero Guayana seguirá viviendo en él.
Él representa la última voz de los “Cuatro del Recuerdo”, su legado es imprescindible como cuando se habla de la cultura bolivarense y su voz estará dentro de todas las personas que lo admiran.
Gustavo Montaña, periodista, escritor y locutor, se encargó de moderar el espacio. Y recordó al Hernán Rodríguez de la juventud y del presente.
La música como punto de partida
En su mente nunca pasó la idea de formar una agrupación, la música era “un hobby”, pero pronto se convirtió en una de las motivaciones de su vida.
Como dijo en su homenaje, varios amigos, de distintas profesiones, se juntaron y así nació los “Cuatro del Recuerdo”.
“Creamos una familia musical y siempre estuvimos unidos por el amor a la música”, enfatizó el homenajeado.
Invitados de lujo
Un personaje de lujo, no merecía menos que unos invitados a su altura. El evento contó con la participación de grandes voces y músicos como Proto López, Luis Abati, Yhul Guilarte; Antonio Grilli; Rosario Sánchez; Ernesto Urbano; los jóvenes de Vocal 9, entre otros.
Otras figuras culturales que también dijeron “presente”, fueron Fabiola Mendoza, Dsineiza Díaz y Nadia Mirolo.
Cada uno expresó el honor que representaba estar ahí, en ese homenaje lleno de nostalgia, recuerdos y boleros.
Una vida imparable
Después de tantos años, de tantas anécdotas, Rodríguez dejó un mensaje contundente: Nunca es tarde para comenzar a soñar e iniciar proyectos, porque él, a sus 80 años, continúa gritando “sí se puede”.
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