Una disminución drástica en su capacidad  operativa han registrado las imprentas de textos escolares en el país, expresó el vicepresidente de la Cámara de Editores de Venezuela, Julio Mazparrote.

Por consiguiente, el precios de los libros que han tenido un incremento significativo debido a los mayores costos asociados con la impresión en cantidades limitadas.

Mazparrote explicó que en la educación primaria se requieren dos o tres libros, generalmente una enciclopedia, un libro de atención y concentración, o uno de caligrafía.

En tal sentido, el costo de los libros escolares necesarios asciende a $60, a lo cual la adquisición de útiles escolares, principalmente papelería que sumarían unos 200 dólares.

Ello significa un  desafío  para las familias venezolanas, que se ven afectadas por el aumento de los costos educativos en medio de las dificultades económicas que enfrenta el país.

Tabla de salvación

Los textos escolares de prescolar y primaria se han convertido en la tabla de salvación de editoriales y librerías venezolanas.

El sector experimenta desde el 2013 un descenso considerable en la producción y comercio de libros, así como en el número de agremiados que se mantienen en pie de lucha para permanecer activos

El inicio de clases les permite mantenerse operativos, pese a la caída en la producción y ventas que experimenta el sector desde hace una década, reseña Tal Cual.

Los meses de septiembre, octubre y principios de noviembre son los de mayor movimiento comercial y los más esperados por las editoriales y librerías, que aprovechan la temporada escolar para ofrecer los únicos textos impresos de este tipo que se continúan produciendo en el país.

«La mayoría de las editoriales que todavía sobrevivimos es porque vendemos libros para preescolar y primaria, porque en bachillerato los muchachos ven el libro como algo anticuado», asegura Julio Mazparrote, presidente la Cámara Venezolana del Libro, (Cavelibro).

 Detalló que los más vendidos son los cuadernos de actividades como caligrafía, atención y concentración.

Las casas editoriales, igual que muchas librerías, se han visto afectadas por diversos factores que han contribuido a la caída sostenida que enfrenta el sector.

Entre los problemas que destaca Mazparrote, se encuentra la prohibición por parte  del Ministerio de Educación de textos escolares diferentes a los pertenecientes a la Colección Bicentenario. Esta instrucción se giró en 2011 a todas las zonas educativas.

«Esos libros se empezaron a producir en grandes cantidades en imprentas privadas y se distribuían en diferentes colegios, siempre con la advertencia de que eran de uso obligatorio y que los libros de editoriales privadas no se podían utilizar. Esto redujo 80 % de los libros que se podían vender, porque 80 % de la población estudiantil del país ve clases en colegios públicos».

Dicha colección, editada por el Ministerio de Educación, constaba de un combo de cuatro libros de Ciencias Naturales, Lengua y Literatura, Matemáticas y Ciencias Sociales, además de dos cuadernos producidos por la Industria Venezolana Endógena de Papel (Invepal).

«Desde el 2011 hasta la actualidad, las editoriales privadas nos dedicamos a dotar de libros a los colegios privados, que es lo que nos ha permitido sobrevivir», sostiene Mazparrote.

 Señala que de 25 agremiados de las editoriales que había en 2010, hoy solo quedan ocho, mientras que de 110 afiliados con los que contaba la Cámara Venezolana del Libro ahora solo quedan 30, que son los que mantienen activo el sector.

Otro de los reveses que ha enfrentado el gremio, está vinculado con la caída del Producto Interno Bruto (PIB) y del poder adquisitivo de los ciudadanos, «que desde el 2013 ha afectado por igual a editoriales y librerías del país».

El representante de Cavelibro y CAVE asegura que ante la caída de las ventas, muchas cadenas de librerías, sobre todo las especializadas, han cerrado sus puertas; otras se han diversificado a través de la venta de juguetes, regalos, papelería y otros artículos para poder mantenerse operativas.

Mercado de libros usados

Paralelo a la realidad que viven las editoriales y las librerías crece la venta de libros usados en calles y plazas. Varias son visibles en diversas calles del centro de Caracas, El Paraíso, Montalbán, la zona de la Candelaria, entre otras.

Rafael Ortega, vendedor de libros usados frente a la plaza Miranda del municipio Libertador, dij que cuenta con un inventario de «casi de 500 unidades de distintos géneros», que van desde las novelas de acción hasta algunos textos escolares.

 «La mayoría de las mujeres prefieren las novelas románticas y los hombres buscan libros de acción y de suspenso. También vendo muchos libros de literatura buena como García Márquez y Rómulo Gallegos. Vendo al menos ocho libros en el día», aseguró el vendedor. Destaca que cada libro tiene un costo de entre $1 y $2, mientras que los más baratos los tiene a Bs 10.

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