
Los aliados de Jair Bolsonaro arremetieron este sábado contra la prisión preventiva del expresidente brasileño y aprovecharon para defender la aprobación de una amnistía en el Congreso que le beneficie a él y al resto de condenados por intento de golpe de Estado.
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro intentó romper la tobillera electrónica que fiscalizaba sus movimientos para fugarse durante una manifestación convocada frente a su casa por uno de sus hijos, según afirmó la Corte Suprema.
«¡La prisión de Jair Bolsonaro es la mayor persecución política de la historia de Brasil!», afirmó en sus redes sociales el diputado Sóstenes Cavalcante, jefe en la Cámara Baja del Partido Liberal (PL), que lidera el exmandatario.
El ex jefe de Estado fue detenido preventivamente este sábado en su residencia de Brasilia, donde desde el pasado 4 de agosto cumplía prisión domiciliaria por incumplir una serie de medidas cautelares impuestas en el marco del proceso por golpismo.
Un equipo de agentes condujeron al exgobernante hasta la sede de la Superintendencia de la Policía Federal de Brasilia, donde permanecerá hasta nueva orden en una sala privada.
La orden fue dictada por el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, relator del proceso por golpismo, quien observó «riesgo de fuga concreto» y «amenaza al orden público».
La esposa del capitán retirado del Ejército, Michelle Bolsonaro, dijo en sus redes sociales que «confía en la Justicia» y que «no desistirá» de Brasil.
En un mensaje plagado de referencias religiosas, agradeció «de corazón la comprensión y el cariño de todos».
«Seguimos orando. Brasil necesita nuestra intercesión», añadió.
«Es INCREÍBLE. Un sábado, con su estado de salud totalmente comprometido. Vergonzoso», afirmó Fabio Wajngarten, quien actúa como una suerte de portavoz de la familia Bolsonaro.
La senadora Damares Alves, quien fue ministra de la Mujer y la Familia durante el Gobierno de Bolsonaro (2019-2022), confía en que la Cámara de Diputados «vote inmediatamente una amnistía».
El proyecto de amnistía es la principal bandera del partido de Bolsonaro, que llegó a bloquear los trabajos del Parlamento para forzar su análisis en la Cámara de los Diputados.
Sin embargo, el legislador encargado de redactar el texto no ha encontrado consensos entre las formaciones más influyentes y la iniciativa está guardada en un cajón.
El pasado 11 de septiembre, Bolsonaro fue condenado a 27 años de cárcel por el Supremo por «liderar» una trama golpista para «perpetuarse en el poder», tras perder las elecciones de 2022 frente al actual gobernante, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
No obstante, la prisión preventiva de este sábado no se trata del inicio de la ejecución de la pena, lo que se esperaba para las próximas semanas, tras el rechazo por parte del Supremo de los primeros recursos de apelación contra la sentencia.
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