Katy Perry y Orlando Bloom han decidido poner fin a su relación tras casi una década juntos, seis años de compromiso y una hija en común. La noticia fue confirmada por la revista People, que cita fuentes cercanas a la pareja.
Según declaraciones recogidas por US Weekly, “Katy y Orlando se separaron, pero son amigos”. La separación, aunque dolorosa, se ha dado en términos amistosos y sin conflictos aparentes.
Distancia física y emocional
El distanciamiento entre ambos se habría acentuado en los últimos meses. Mientras Perry se encuentra de gira mundial, ha alquilado su propiedad en Westcott, y Bloom ha estado residenciado en su otra casa en Montecito.
“Han estado viviendo separados desde que Katy está de gira”, reveló una fuente. Además, el actor asistirá solo a la boda de Jeff Bezos este fin de semana, lo que refuerza la idea de una separación ya consolidada.
Símbolos y ausencias
Uno de los momentos más comentados fue el viaje espacial de Perry en abril, donde llevó consigo una margarita en honor a su hija Daisy, pero no hizo mención alguna a Bloom.
Este gesto fue interpretado por muchos como una señal de que la relación ya estaba en crisis.
Una historia con altibajos
La pareja se conoció en los Grammy de 2016, vivió una breve separación en 2017 y se reconcilió en 2018.
En febrero de 2019 se comprometieron y en 2020 nació su hija Daisy. Ambos tienen matrimonios previos: Perry con Russell Brand y Bloom con Miranda Kerr, con quien comparte la custodia de su hijo Flynn.
Un nuevo capítulo
Aunque la ruptura marca el fin de una era para los fans de la pareja, tanto Perry como Bloom parecen enfocados en mantener una relación cordial por el bienestar de su hija.
Pese a esto, la historia de amor que comenzó con una hamburguesa en una fiesta de premiación ahora da paso a una nueva etapa en sus vidas.
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