A pocos días de finalizar el año 2020, miramos hacia atrás los casi 365 días que han pasado y empezamos a revisar lo que hicimos. Es momento de reflexionar y agradecer por todo lo aprendido, con lo éxitos y fracasos. Es también momento de planificar el siguiente año. Pero en especial es momento de vivir estos días en familia, celebrando la importancia y significado de la ¨Navidad¨.
Evaluar y reflexionar sobre lo que fue el año, nos permite considerar nuevas oportunidades. El preguntarnos que nos faltó por hacer y que logramos, así como evaluarlos en función de nuestras aspiraciones, para poner en perspectiva que queremos para el futuro.
Como personas, además de nuestros compromisos laborales y nuestros objetivos empresariales y profesionales, tenemos nuestra dimensión humana y espiritual y si ella está bien, nuestros resultados estarán bien.
Por ello, aunque no se vea como un tema empresarial, que es lo que normalmente abordo en estos artículos, en la práctica contribuye a ello. La frase de Carlos Llano es reveladora: ¨La Calidad no está en las cosas que hace el hombre, sino en el hombre que hace las cosas¨. Nuestros resultados tienen que ver con nuestros paradigmas, ya que somos lo que pensamos permanentemente. Esto lo revela la Neurociencia y otras investigaciones científicas (tema al cual este año, dedique un espacio para estudiar y que debo seguir desarrollando).
Por ello, esta época es oportuno para esa reflexión humana y espiritual, que nos lleve a planificar el venidero año. Pensar en lo que queremos, es muy común, en especial cercano al 31 de diciembre. Allí es donde hacemos aquella lista de buenos deseos, por ejemplo, bajar de peso, aprender algo nuevo, comprar algún bien, etc. Sin embargo, del deseo a la concreción, es necesario un plan con fechas y acciones.
Es allí donde la frase ¨No planificar es planificar el fracaso¨, cae como anillo al dedo. Porque el hábito de planificar, también es necesario cultivarlo y de allí la necesidad de aprender a gestionar nuestro tiempo. El primer paso, es hacer una lista de esos deseos y luego empezar a colocar fechas para lograrlo. Después de ello, ponerte en acción y revisar esa lista permanentemente para no olvidarla. Celebrando cada logro que te acerca a lo que quieres.
Todos estos hábitos y muchos otros son fundamentales, bien decía el gran filósofo Aristóteles, ¨Somos lo que hacemos día a día, de modo que La Excelencia es un Hábito¨. Así que estamos llamados a incorporar nuevos hábitos para lograr personas y resultados de ¨Calidad¨, lo que supone un nivel de reflexión profundo en nuestras vidas, que por cierto nunca termina.
Recuerda entonces, no dejar de lado en esa lista de deseos, nuevos hábitos, para fortalecer esa dimensión humana. Allí es oportuno reflexionar, que cuando incluyes el ayudar a otros o contribuir con una causa social o ambiental, le da trascendencia a tu vida y permite un desarrollo pleno. Esto también está estudiado y demostrado por científicos.
Esto último, está relacionado en mi opinión, con el significado de la ¨Navidad¨ y lo que fue el mensaje de Jesús: El amor al prójimo. Es en fin de cuenta, lo que da sentido y trascendencia a nuestra vida. Los invito a Reflexionar, Agradecer y Planificar.
FELIZ NAVIDAD y Feliz año Nuevo. Hasta el mes de enero 2021.
Luis Cabareda
E-mail: [email protected]; twitter: @lccabareda.
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