Barcelona.- La escritora y periodista rusa María Stepánova, que recorre en el libro «En memoria de la memoria» la historia del siglo XX en Rusia a través de las vidas de sus antepasados, cree que «el reclutamiento obligatorio ordenado por Putin puede propiciar un cambio en el régimen».
En una entrevista con EFE Stepánova señala que «con ese reclutamiento obligatorio el poder de Putin ha quebrado un acuerdo no escrito con la sociedad, por el cual él podía hacer lo que quisiera mientras la vida privada de la gente no sufriera grandes cambios».
De hecho, recuerda, ese pacto «ya se había violado varias veces anteriormente con asesinatos políticos por encargo, persecución de sus adversarios políticos, diferentes guerras, mientras hasta este punto las familias vivían su vida, pero ahora, con esta movilización, la guerra entra en tu casa, y pueden llamar a cualquier hombre que tenga menos de 60 años».
Partiendo de la base de que la sociología tradicional no opera en Rusia, Stepánova tiene la percepción personal de que «el grupo que está en contra de Putin y de la guerra en Ucrania es cada vez más numeroso, pero también hay un grupo equivalente que mira la tele cada día consumiendo esta propaganda y están convencidos de que lo que pasa en Ucrania es perfecto y justo».
Sin embargo, entre estos dos polos, sostiene, hay un amplio estrato de la población, un 50-60% de la sociedad, que están letárgicos, a la espera y que, «siguiendo la tradición desde los tiempos de la URSS, tienden a estar en silencio».
La guerra en Ucrania, que llevó a salir del país aproximadamente a un millón de rusos, «ha cambiado para siempre nuestras vidas, y la vida como la hemos conocido ya no volverá», comenta Stepánova.
La revista cultural «Colta», donde trabajaba Stepánova, fue cerrada «como todas las publicaciones independientes rusas» y hoy «trabajar como periodista o escritor en Rusia es imposible, porque no se puede llamar guerra a la guerra, y corres el riesgo de ir a la cárcel simplemente por participar en una manifestación o retuitear un mensaje de otra persona».
La periodista rusa alberga alguna esperanza de que puede haber cambios de manera natural, pues «el apoyo social a Putin es de la gente mayor, mientras que la oposición son mayoritariamente jóvenes».
«En memoria de la memoria» nació de la necesidad de explorar el pasado de sus antepasados, una familia de origen judío, y tras la muerte de su tía, la autora indaga en esos orígenes a partir de fotografías descoloridas, viejas postales, cartas, diarios íntimos y objetos.
De su escritura, Stepánova extrajo dos lecciones: «la historia de una persona o de una familia del siglo XX nunca se puede explicar de una forma lineal (…), porque la vida está llena de espacios en blanco, de lagunas, de puntos suspensivos; y en segundo lugar, cualquier vida, por insignificante que sea, tiene derecho a ser contada».
El resultado, asegura, va más allá de la historia de Rusia, es la historia de Europa, y el mejor ejemplo es su abuela, que «había nacido y vivido en Rusia, luego fue a estudiar a Francia y después volvió a su país».
«Las fronteras eran entonces más permeables, hasta que la llegada de la Unión Soviética hizo que fuera visto como un país extraño y exótico, donde pasan cosas malas y vive una gente especial que soporta todas las desgracias», añade Stepánova.
Antes de empezar el libro la periodista se propuso visitar físicamente todos los lugares en Rusia y en el extranjero relacionados con la vida de su familia y transcribir el contenido de todas las cartas y notas, «necesario para tener un contacto casi físico con las voces de mis antepasados».
En la actualidad, Stepánova vive en Berlín, pero no pierde la esperanza de que algún día pueda volver a su piso en Moscú.
Mientras tanto, no puede evitar una conexión directa entre la guerra y su historia personal del pasado.
«Una parte de mi familia era de Ucrania, de Odesa y Jersón, donde vivían mis bisabuelos, lugares que visité cuando empecé a escribir el libro hace más de cinco años, lugares históricos que han sufrido mucho, primero en la Revolución de 1917, y en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, cuando exterminaron a más de 10 millones de judíos», apunta.
Jose Oliva EFE
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