En Venezuela, diciembre no sería igual sin el aroma del Pan de Jamón, ese símbolo de las fiestas decembrinas que une generaciones y evoca recuerdos familiares. Pero este 2024, en medio de un clima de incertidumbre política y económica, mantener esta tradición se ha convertido en un desafío para la mayoría de los venezolanos.
En Puerto Ordaz, estado Bolívar, el precio de este icónico pan varía entre $10 y $30 en panaderías, según el tamaño y los ingredientes. Este costo, que parece rutinario para algunos, representa un obstáculo insalvable para quienes sobreviven con ingresos mínimos.
El Pan de Jamón no es solo un alimento; es una exportación cultural. La diáspora venezolana, de más de seis millones de personas, lo ha llevado a mesas en distintas partes del mundo. Sin embargo, dentro del país, el esfuerzo por incluirlo en la cena navideña requiere sacrificios, creatividad y, en muchos casos, resignación.
La receta del pan de jamón venezolano es tan versátil como deliciosa. Aunque su base siempre incluye jamón ahumado, pasas y aceitunas, cada hogar tiene su propia versión especial. Algunos prefieren un toque crujiente con la adición de tocineta, mientras que otros optan por la suavidad del queso crema. Lo que no cambia es el sabor inigualable que caracteriza a este plato navideño.
Precios que desafían la tradición
En Puerto Ordaz, algunos habitantes se han convertido en “catadores” que recorren panaderías buscando la mejor combinación de calidad y precio. Otros, más osados, optan por hornearlo en casa, viendo en esta tarea una oportunidad para ahorrar y reforzar la unión familiar.
Durante un recorrido por las principales panaderías de Ciudad Guayana, se identificaron precios que reflejan el impacto de la inflación:
– Pan de Jamón tradicional: desde $10 hasta $20.
– Panes con queso crema: entre $15 y $25.
– Versiones especiales de hojaldre: hasta $30.
Mientras tanto, emprendedores locales ofrecen alternativas más económicas, con precios desde $5, aunque los ingredientes y el tamaño varían significativamente.
El reto de las familias de bajos ingresos
Según cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas, el salario mínimo en Venezuela sigue rondando los 130 bolívares, equivalentes a unos $3 mensuales, insuficientes para cubrir las necesidades básicas, y mucho menos para costear un Pan de Jamón. Esta realidad golpea especialmente a las familias guayanesas, quienes enfrentan dilemas entre priorizar alimentos básicos o permitirse un lujo navideño.
Un venezolano necesitó 107,9 dólares en octubre para cubrir gastos básicos de alimentación, 1,6 dólares más que en septiembre, según la ONG Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), que indicó que el costo de la canasta para una familia de cinco personas alcanzó los 539,79 dólares.
En este contexto, muchas familias han decidido innovar. Algunas optan por preparar versiones caseras con rellenos más económicos, como mortadela en lugar de jamón. Otras prefieren roles de pan de jamón, vendidos por unidad desde $1.22, como los de Panadería La Bodega.
Por otro lado, la venta de panes de jamón caseros se ha convertido en una fuente de ingreso temporal. Emprendedores locales aprovechan diciembre para ofrecer productos personalizados a precios competitivos, aunque la compra de insumos sigue siendo un reto.
Un lujo cada vez más lejano
Aunque el Pan de Jamón es sinónimo de tradición y unión familiar, su acceso cada vez más limitado refleja la realidad de un país donde la lucha diaria por la subsistencia ha desplazado muchas costumbres.
Para miles de venezolanos, las fiestas navideñas de este año serán un recordatorio de tiempos mejores y un llamado a la resiliencia, mientras intentan preservar lo que aún queda de sus tradiciones.
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