Túnez.- La oposición tunecina, encabezada por el líder de izquierda Ahmed Néjib Chebbi, anunció hoy la creación de un frente político para «regresar a la democracia y la legalidad constitucional» y contra las decisiones unilaterales del presidente, Kais Said, que califican de «golpe de Estado».

En declaraciones a Efe, Chebbi explicó que la iniciativa está formada por seis bloques parlamentarios, incluido el islamita Ennahda -principal fuerza del hemiciclo- porque, pese a ser «uno de los principales protagonistas de la crisis, hay que darse cuenta que ya no está en el poder», y comparte la misma hoja de ruta, dijo.

A diferencia del programa del mandatario, que incluye una reforma constitucional y elecciones legislativas en diciembre, esta plataforma defiende la vuelta a la Constitución de 2014 -suspendida el pasado septiembre- además de comicios presidenciales y la formación de un gobierno de transición.

En paralelo, la coalición insiste en la necesidad de llevar a cabo un diálogo nacional inclusivo para obtener un consenso amplio de las fuerzas políticas y sociales del país frente a la iniciativa de Said que, consideran, «ha excluido toda pluralidad».

«Es un primer paso y vamos a seguir las consultas con otros partidos para que se unan a esta iniciativa y vamos a organizar una gira en todo el país», adelantó el dirigente de la formación demócrata Al Amal (Esperanza).

Junto a esta formación, la plataforma incluye al partido Ennahda, el liberal Corazón de Túnez, la Coalición ultranacionalista Al Karama y Tounes Al Irada, fundada por el expresidente Moncef Marzouki.

«Pensamos que la crisis social va a evolucionar y que va a provocar repercusiones extremadamente fuertes sobre la estabilidad política», añadió Chebbi.

Para esta figura histórica tunecina, el primer referendo constitucional de la historia del país convocado para el próximo 25 de julio, «no significa nada», porque Said «ahora es arbitro y jugador» al modificar recientemente la composición de la Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE).

El 25 de julio de 2020, el presidente se arrogó plenos poderes y suspendió el Parlamento tunecino, que más tarde disolvió, en un movimiento que tuvo un amplio apoyo popular entonces aunque la mayoría de fuerzas parlamentarias alertaron de un «golpe de Estado».

Organizaciones de la sociedad civil, por su parte, denuncian detenciones y medidas cautelares arbitrarias como prohibición de abandonar el territorio, y arrestos domiciliarios de empresarios, diputados y responsables, por parte de la justicia civil y militar.

 

EFE

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