Houston, Estados Unidos. El comisionado de la NBA, Adam Silver, volvió a ofrecer declaraciones en torno al futuro que le depara a la competición de la temporada regular 2019-20, que se encuentra en su fase de preparación para el reinicio tras el parón forzado por la pandemia del coronavirus, y lo hizo envuelto entre el optimismo y la posibilidad real de que pueda darse otro aplazamiento.
A pesar del aumento de casos de coronavirus en Estados Unidos y varios equipos cerrando sus instalaciones debido a los positivos de COVID-19, Silver sigue «bastante confiado» sobre el plan de la NBA para reanudar la liga de manera segura, pero admite que una propagación en la comunidad del baloncesto podría generar lo peor.
Durante una aparición en el programa «TIME 100 Talks», se le preguntó a Silver si hay alguna posibilidad de que la NBA no vaya a la «burbuja» de Orlando (Florida), según lo planeado, debido al aumento en los casos de coronavirus o si todo marcha como lo tenían planeado de cara a competir el próximo 30 de julio.
«Siempre me gusta trabajar sin ningún tipo de ligereza o improvisación», respondió el comisionado. «Una cosa que estamos aprendiendo acerca de este virus es todo lo imprevisible, lo que obliga a nuestra organización, incluidos jugadores y su sindicato a analizar diariamente los datos que recibimos».
De acuerdo a Silver, lo anterior significa que en cualquier momento pueden revisar, modificar y hasta cambiar sus planes.
«Estamos realizando pruebas todos los días. No hemos puesto un número preciso, pero si tuviéramos que ver una gran cantidad de casos y ver la propagación en nuestra comunidad, eso, por supuesto, sería una causa para detener también la competición», admitió Silver.
Sin embargo, el comisionado no pudo establecer de manera precisa hasta donde considera la NBA que se da una propagación «significativa» en la propagación del coronavirus, que debe ser establecida por los médicos y expertos en salud.
«Vamos a ver a medida que avanzamos», reiteró Silver. «Ciertamente, si los casos están aislados, eso es una cosa. Gran parte de la determinación será nuestra comprensión de cómo nuestra comunidad se infectó. Eso será parte de nuestro juicio en términos de si debemos continuar. Pero ciertamente si tuviéramos muchos casos, nos detendremos. No se puede darle la espalda al virus».
Pero Silver mostró su convencimiento de que todo el esquema que han montado en Walt Disney World Resort es más seguro que el mundo exterior, dado que van a tener con las pruebas el control de las personas que sean asintomáticas al COVID-19.
«De alguna manera, este es quizás un modelo de cómo otras industrias pueden abrir también su actividad. Además, quiero decir que seremos responsables y veremos lo que sucede, pero el mayor indicador será si comenzamos a ver una propagación en la NBA.
Desde la pasada semana los casos han ido a más en varios equipos de la NBA, incluidos los Nuggets de Denver, que este martes informaron que desde el pasado sábado cerraron sus instalaciones deportivas de entrenamiento al haber dos positivos dentro del grupo de las 35 personas que tiene previsto viajar a Orlando.
Antes su pívot estelar, el serbio Nikola Jokic, había dado positivo mientras se encontraba en su país de origen, y el entrenador Michael Malone, también confirmó que había superado el COVID-19 desde el pasado marzo, después de que el 11 fue suspendida la competición.
Los Nets de Brooklyn reabrieron sus instalaciones de entrenamiento este martes después de estar cerrados durante varios días, tras los positivos que dieron los jugadores, el pívot DeAndre Jordan y el base Spencer Dinwiddie, con el primero ya descartado para estar en Orlando y sin decidir la suerte del segundo.
Además el escolta-alero Wilson Chandler hace dos días confirmó que tampoco estaría con el equipo en Orlando por cuestiones familiares.
Sin embargo, dueños de equipos, como el de los Mavericks de Dallas, Mark Cuban, aseguran que se mantienen optimistas en que al final la NBA podrá llevar adelante todos sus planes de reanudación de la temporada regular, que de no darse dejaría a los jugadores una pérdida de 1.200 millones de dólares de salarios (unos 1.068 millones de euros) y a los dueños 2.400 millones de dólares de ingresos ( unos 2.137 millones de euros).
Pero su defensa de volver a la competición la centran en que la protección que los jugadores van a tener dentro de la burbuja del mundo exterior.
«Nuestro modelo fue diseñado para protegernos de los casos de la comunidad externa», reiteró Silver. «Tal vez en el momento en que lo diseñamos, no pensamos que sería tan necesario como está ahora, pero al menos nos preparamos de la mejor manera que nos permita alcanzar dicho objetivo».
EFE noticias
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