Al Bireh (Cisjordania).- La indignación cundió hoy en la localidad cisjordana de Al Bireh, donde palestinos, con nacionalidad estadounidense y propietarios de las tierras en las que se localiza parte de la colonia judía de Psagot, acusaron al secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, de «legitimar la colonización» con su prevista visita.

«Sus acciones están facilitando el robo de propiedad privada de ciudadanos estadounidenses en el extranjero», condenaron en una declaración conjunta ante la visita, no confirmada oficialmente, pero ampliamente difundida por los medios y que supondría la primera de un alto cargo estadounidense a un asentamiento ilegal.

Decenas de palestinos protestaron hoy en una colina de la localidad de Al Bireh, en la Cisjordania ocupada, frente al asentamiento israelí de Psagot, levantado en los años ochenta y circundado hoy por puestos de control militares israelíes.

Parte de los propietarios, muchos de los cuales emigraron a Estados Unidos y hoy tienen esa nacionalidad, se congregaron en el club deportivo local para reivindicar sus derechos de propiedad sobre tierras confiscadas donde se ha extendido la colonia y los viñedos y la bodega que planea visitar Pompeo, quien llegó hoy a Israel.

Odeh Mohamad Hamayel, el palestino propietario más longevo de la localidad, con ciudadanía estadounidense desde hace 15 años, se declaró «profundamente decepcionado» por la iniciativa de Pompeo.

«En vez de proteger los derechos de los palestinos estadounidenses que son indígenas, están defendiendo el derecho de colonos ilegales en estas tierras», valoró en declaraciones a Efe Inès Abdel Razek, del Instituto Palestino para la Diplomacia Pública (PIPD, por sus siglas en inglés).

Pompeo declaró el pasado año, en sintonía con el giro de la política estadounidense que ha liderado el presidente estadounidense, Donald Trump, que los asentamientos «no son incompatibles» con la ley internacional, opinión que no ampara el consenso mundial.

Munif Treish, miembro del consejo municipal de Al Bireh, mostró una lista con los nombres de unos cincuenta palestinos con derechos de propiedad heredados, incluso expedidos por el organismo militar israelí que administra el territorio, ocupado desde 1967.

Los residentes denuncian que la expansión del asentamiento y la confiscación de las tierras han impedido el desarrollo y crecimiento del pueblo, que en 1966 tenía 8.000 habitantes y hoy tiene una población de más de 80.000.

El asentamiento se encuentra en la llamada Área C de Cisjordania que, según los Acuerdos de Oslo (1993-1995), quedó bajo control israelí de forma temporal hasta la creación de un Estado palestino, que debía haberse producido en un plazo de cinco años.

Sin embargo, hoy cerca de 450.000 israelíes viven en colonias construidas en esta área, que supone un 60 % de todo el territorio palestino de Cisjordania.

«¿Un secretario de Estado puede visitar un asentamiento ilegal sin consecuencias?», reprochó hoy Tamam Quran, una joven profesora residente en la localidad.

 

EFE

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