Sao Paulo, Brasil. «El Santos está al borde del precipicio». Es la frase más repetida en las últimas semanas por el presidente en ejercicio del club, Orlando Rollo.
El equipo donde surgieron Pelé, Neymar y Rodrygo navega hoy en medio de la peor crisis financiera e institucional de su historia reciente.
Lejos queda el poderío de la década de los 60. Ahora en Vila Belmiro se habla de deudas millonarias, salarios atrasados, procesos judiciales y sanciones de la FIFA, a lo que hay que sumarle el reciente escándalo por el frustrado retorno de Robinho, condenado en Italia a nueve años de cárcel por violencia sexual.
La delicada situación del club, uno de los más tradicionales de Brasil, fundado en 1912 y con una de las mejores canteras del continente, tiene todos los ingredientes para la crónica de una muerte anunciada.
En los despachos se trabaja contrarreloj para evitar el naufragio de la institución donde Edson Arantes do Nascimento ‘Pelé’, que este viernes cumplirá 80 años, brilló durante casi dos décadas.
El nuevo comité gestor, que asumió tras la destitución, el mes pasado, del presidente José Carlos Peres por supuestas irregularidades en las cuentas de 2019, se ha puesto como primer objetivo saldar las deudas que arrastra con otros clubes.
Las prisas vienen porque la FIFA ha empezado a aplicar sanciones. Santos tiene prohibido, ahora mismo, fichar a nuevos jugadores y, de no resolver sus compromisos, le podría quitar puntos en el Campeonato Brasileño.
A principios de mes llegó a un acuerdo con el Hamburgo alemán para la reestructuración de una deuda que ascendía a 5,3 millones de dólares por el traspaso, en 2017, del zaguero Cléber Reis.
«Necesitamos que vuelva nuestra credibilidad y ésta solo volverá si pagamos nuestras deudas o las renegociamos», aseguró Orlando Rollo en una rueda de prensa en la que se emocionó por momentos.
Ahora son dos los frentes abierto. Con el Huachipato chileno y el Atlético Nacional de Medellín por los fichajes del venezolano Yeferson Soteldo y el colombiano Felipe Aguilar, respectivamente.
El club busca liquidez de forma desesperada porque, además, teme que no le alcance para pagar los salarios correspondientes al último trimestre de este 2020.
Por otro lado, a punto estuvo de perder a buena parte de sus patrocinadores tras anunciar este mes el retorno de uno de sus canteranos: Robinho, ex jugador del Real Madrid, Manchester City y Milán.
Sobre el delantero pesa una condena a nueve años de prisión dictada por un tribunal de Milán por su supuesta participación en una violación colectiva a una joven de origen albanés de 23 años. El fallo es de 2017, pero los hechos ocurrieron en 2013. Robinho, hoy con 36 años, niega las acusaciones.
Pero lo que parecía ser la feliz vuelta de un ‘menino da Vila’, derivó en una fuerte polémica y finalmente en la cancelación de su contrato, por el que iba a percibir una remuneración simbólica.
Otro de las vías que ha explorado el Santos es por medio una campaña de microfinanciación colectiva, al estilo de otros clubes grandes de Brasil como Cruzeiro, hoy en la Segunda División, o Vasco da Gama, pero existe otro problema: la Justicia.
A comienzos de este mes las causas judiciales contra la entidad llegaban a las 116, muchas de ellas por temas laborales que podrían hacer con que se bloquee el dinero recaudado.
Pese a todo ese caos, los jugadores aún responden sobre el césped.
Son quintos en la Liga después de 17 jornadas y ya están clasificados para octavos de final de la Copa Libertadores como primeros de su grupo, lo que le rendirá unos ingresos extra para unas arcas que están tiritando.
Pelé llegó en 1956 al Santos siendo un adolescente. Dos años después, con apenas 17, ya había sumado la primera estrella mundialista para la selección brasileña.
Le llegaron varias propuestas jugosas, entre ellas una del Inter de Milán y otra del Real Madrid, si bien decidió quedarse y llevar al Santos a lo más alto junto a una generación de oro con nombres como Pepe, Dorval, Mengalvio y Coutinho.
El astro ganó seis (1961, 1962, 1963, 1964, 1965 y 1968) de los ocho títulos de Liga y dos (1962 y 1963) de las tres ediciones de la Copa Libertadores que el Santos tiene en sus vitrinas.
Además de ganar dos veces el Mundial de Clubes (1962 y 1963), los únicos de la entidad.
Las arcas estaban llenas. Hoy languidecen. Los últimos títulos importantes del Santos fueron la Copa Libertadores de 2011 y la Recopa Sudamericana de 2012, cuando entre sus filas militaba Neymar.
Al menos desde las bases del club han seguido proliferando jóvenes de excelente calidad: el propio Neymar, Gabriel Barbosa ‘Gabigol’ o Rodrygo Goes, ahora en el Real Madrid.
La fuente no se agota.
Ahora comienza a sobresalir Kaio Jorge. Delantero centro, de 18 años y campeón del mundo sub’17. Es la última esperanza de este equipo centenario, sus jóvenes.
EFE noticias
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