Valencia.-El entrenador español del CS Emelec, Ismael Rescalvo, explicó que la situación en Guayaquil, donde pasa el confinamiento por la COVID-19, ha mejorado después de que se produjera un contagio masivo entre la población de la ciudad ecuatoriana y que como consecuencia del colapso del sistema sanitario fallecieron algunas personas “de forma dramática”.
“A pesar de que se tomaron medidas a tiempo, sólo dos o tres días después de que España decretara el estado de alarma, se produjo un contagio masivo en Guayaquil porque casi el 80 por ciento de los contagios del país fue aquí. Colapsó un poco el sistema sanitario, no hubo posibilidad de atender a todo el mundo y fallecieron algunas personas de forma dramática”, explicó Rescalvo en una charla virtual organizada por la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana (FFCV).
Sin embargo, el entrenador valenciano se mostró optimista porque cree que la situación ha mejorado. “La situación está controlada, con medidas bastante fuertes. Parece que la próxima semana puede ser la de mayor contagio, la del pico, y que a partir de ahí se pueda mejorar”, subrayó.
El técnico del Emelec, que llegó al club ecuatoriano el pasado mes de mayo, comentó que al tener a su familia en Guayaquil y a varios compañeros españoles más en el cuerpo técnico, el confinamiento “se lleva mucho mejor” y que incluso tienen la oportunidad de reunirse y pasar “esta situación como se puede”.
Rescalvo, que ha desarrollado su carrera profesional como entrenador en Colombia y Ecuador, dijo que las diferencias entre el fútbol europeo y sudamericano se han reducido. “Se van acortando las distancias entre Europa y América. Las Federaciones y los clubes están dando un paso adelante e invirtiendo. Aquí se dice que desde Europa nos mandan libros y que desde América se les mandan futbolistas”, bromeó.
Además, el técnico del Emelec se refirió a la presión que tiene al dirigir un equipo puntero como el suyo porque “te van a echar a la calle” en el caso de perder cinco partidos seguidos y reconoció que lo importante es adaptarse a las circunstancias de cada etapa. “Hay veces que los entrenadores creemos que tenemos la verdad absoluta y cuando te llega la bofetada te das cuenta de que el fútbol es más grande que uno mismo”, finalizó.
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