El canciller alemán, Olaf Scholz. EFE/EPA/Jens Krick / POOL

Tras la decisión del Gobierno alemán de enviar carros blindados de defensa tipo «Marder» a Ucrania, los dos socios menores de la coalición insisten en la necesidad de aportar también tanques de ataque como los «Leopard».

El canciller Olaf Scholz anunció tras la invasión rusa de Ucrania un «punto de inflexión» en la política alemana de no suministrar armas a zonas de conflicto y prometió entonces que Berlín asumiría más responsabilidad en la defensa de Europa.

A pesar de ello, el refuerzo de la ayuda militar a Ucrania se ha ido produciendo con cuentagotas, para impaciencia de los aliados de coalición verdes y liberales del Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz.

Preguntado por el suministro de carros blindados a Kiev, el canciller repitió durante meses como un mantra que Alemania no dará «pasos en solitario» sino que actuará únicamente en concierto con el resto de miembros de la OTAN.

Ahora, los planes del Gobierno pasan por enviar unos 40 «Marder» de los 370 de los que disponen las fuerzas armadas alemanas, los primeros ya en el primer trimestre de 2023 y después de haber formado en su manejo a soldados ucranianos.

La decisión llega tarde, comenta a EFE el docente de relaciones internacionales de la Universidad de Potsdam Christian Rieck, ya que una acción «más decidida» hubiera podido diezmar antes las capacidades rusas.

«Además, los Marder todavía no han sido entregados. Hasta ahora estos envíos de armamento siempre han tardado demasiado», advierte.

Tras el anuncio, la experta en defensa del partido liberal, Marie-Agnes Strack-Zimmermann, destacó en Twitter que éste supone un «gran alivio», pero se comprometió a seguir presionando para que Alemania entregue asimismo tanques de combate.

También desde los Verdes, que desde el inicio de la guerra adoptaron una posición inequívoca a favor del envío de armamento, llegan argumentos similares.

«Desearía que como principal país de producción del Leopard 2 pusiésemos en marcha una iniciativa europea para el suministro de Leopard 2 y mirásemos con Europa que más podemos suministrar a Ucrania para que pueda liberar los territorios ocupados», declaró a la televisión pública el diputado verde Anton Hofreiter.

Por su parte, la oposición democristiana acusa a Scholz de actuar sólo en respuesta a la presión internacional y le achaca falta de liderazgo.

Para Michael Zürn, profesor de política internacional en la Universidad Libre de Berlín, el anuncio conjunto de esta semana de Estados Unidos, Francia y Alemania para entrega de tanques ligeros se debe a un cúmulo de factores.

Todos querían que fueran los demás lo que dieran el paso, razona, tanto por los costes como para la carga para el propio Ejército, pero la decisión conjunta de realizar envíos de forma paralela ha vencido la resistencia del Gobierno alemán, dice a EFE.

Además, también desempeña un papel la situación en el frente, donde no se están produciendo movimientos que puedan reforzar la mano de Ucrania de cara a eventuales negociaciones con Rusia.

Por último, según el experto, en los últimos meses se han producido señales que se interpretan en Occidente como una reducción de la posibilidad de que se produzca una escalada nuclear, lo que también ha incrementado su disposición a suministrar armamento más potente.

Para que Berlín se decida a suministrar también los «Leopard» es necesario que se produzca una conjunción de factores similar, afirma Zürn.

Así, es necesario que el paso parezca militarmente necesario, que el problema del reparto de costes se solucione de forma cooperativa y que de parte de «potenciales socios de Rusia» como China la medida no sea vista «como razón de una escalada nuclear».

«Si se dan los tres factores, no se puede descartar, ya que la presión doméstica se mantendrá, que se dé en dos o tres meses una decisión así», señala el profesor en relación a los «Leopard».

Por el momento, la opinión pública alemana se mantiene reticente y, según una encuesta realizada por la televisión pública ARD justo antes de darse a conocer el envío de los «Marder», un 41 % de los ciudadanos estaba a favor de mantener el apoyo militar al nivel en el que se encontraba.

El porcentaje de quienes quieren incrementar la ayuda armamentística ha ascendido al 25 %, pero un cuarto de los encuestados consideraba ya que los envíos de material militar van demasiado lejos.

Sólo uno de cada tres alemanes cree, por otro lado, que la guerra de Ucrania terminará en 2023.

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