El colapso de las aguas negras es evidente en esta comunidad con más de 30 años de fundada, el olor putrefacto no abandona el ambiente de las veredas y calles de dicho sector en la parroquia Unare, Puerto Ordaz.
Vecinos dicen que es prioridad para los habitantes que resuelvan el desbordamiento de las aguas negras, sin embargo, no obtienen respuestas.
La desidia gubernamental se observa al ingresar al referido barrio y se extiende a las invasiones cercanas, igual a las demás comunidades como: Las Teodokildas, Las Amazonas, UD 338, entre otros barrios.
Problema económico
Pedro González, explica que el sector II de Gran Sabana, era un sitio muy concurrido, “pero hace cinco años que el problema económico de la gente, el precio del dólar y la desvaluación del bolívar produjeron una merma de esas visitas a la zona comercial”.
Según, el poco poder adquisitivo de los guayaneses acabó con los pequeños expendedores de las calles, “de aquellas personas que revendían alimentos para subsistir con su familia, ya las principales calles de esta comunidad, no es la misma, se puede notar en las adyacencias del antiguo Supermercado La Margarita”.
Indudablemente que son muy pocos los locales que aún permanecen con las puertas abiertas. Las ventas al por mayor y detal han ido desapareciendo de manera súbita, “la inflación es una de las principales causas”, apuntó González.
Carlos Montiel dice que la influencia de la inflación reduce el poder adquisitivo porque aumenta los precios, “si los ingresos no crecen al mismo ritmo que la inflación, los consumidores compran menos con el mismo monto de dinero”.
Economía informal
José Gregorio García, manifestó que se mantiene con lo poco que gana al revender productos como harina, arroz, pasta, café, aceite, caraotas, entre otros alimentos, tiene un puesto en la calle, se ayuda con otro negocio el cual maneja su esposa, vendiendo empanadas y pastelitos.
Advirtió, que la economía informal en el casco de sector va desapareciendo, sobreviven pocas personas, como en el caso de los expendedores del mercado que está frente al Liceo Nacional Robert Serra, cuyo centro educativo requiere de un techo en el patio de formación de los alumnos.
García, indicó que anteriormente llegaban consumidores de todos lados, se podía comprar más económico que en otras localidades, “la inflación y el poder adquisitivo acabó con los puestos de trabajo.
Aguas fecales
Dicen los vendedores informales que las aguas fecales que fluyen por las aceras de la calle principal y manzanas de esta comunidad, es un riesgo significativo para la salubridad de la zona.
Consideran que perjudican las ventas por el exceso de moscas que revolotean encima de los alimentos que venden, no solo afecta la apariencia de sus productos, sino que también genera preocupaciones sobre la higiene y seguridad de los alimentos.
Propios explican que el abandono del barrio es evidente, calles rotas, aguas negras en todas las manzanas, basura por doquier, aunado a la inseguridad que reina en las horas nocturnas.
A estos problemas se unen las fallas eléctricas, dicen que los bajones de luz y apagones constantes han destruido sus artefactos eléctricos, sin saber sus dueños cuando pudieran reemplazarlos por otros.
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