Hong Kong.- Los equipos de búsqueda que peinan por segundo día consecutivo el campus de la Universidad Politécnica (PolyU) de Hong Kong no hallaron este miércoles tampoco a ninguno de la veintena de activistas radicales que se creía que permanecían amotinados dentro, por lo que sospechan que se hayan podido escapar.
Por ello, la policía anunció hoy que mañana a primera hora de la mañana accederá al campus a buscarles y levantará así un cerco de once días, que comenzó el pasado día 17 después de que miles de activistas se atrincheraran en la universidad para protegerla, lo que desató una batalla campal de quince horas entre los dos bandos.
«Les convenceremos de que reciban atención médica primero y luego les tomaremos los datos, tal y como acordamos», explicó el comisario del distrito Yau Tsim -donde se encuentra la PolyU-, Ho Yun-sing.
El lunes, cinco concejales recién elegidos del movimiento prodemócrata entraron en el recinto como mediadores para entablar una negociación entra la Policía y dos portavoces de los estudiantes: los agentes les ofrecieron salir sin ser detenidos -aunque les tomarían los datos-, pero los activistas declinaron porque temen ser arrestados después.
Ho aclaró que el campus regresará a manos de la universidad para llevar a cabo las reparaciones «lo antes posible», una vez que se hayan recabado pruebas y retirado todos los objetos peligrosos.
Horas antes, la dirección de la PolyU había solicitado a la Policía, después de su búsqueda infructuosa, que levantara «inmediatamente» el cerco al que tiene sometido el recinto desde hace once días para que la universidad «pueda volver al trabajo».
«A pesar de los esfuerzos para rastrear todas las plantas y todas las habitaciones en cada edificio no pudimos encontrar a nadie», informó la dirección en un comunicado.
Un equipo de un centenar de personas, que incluían decanos, profesores, personal médico y trabajadores sociales, accedió este miércoles al recinto y buscó durante tres horas a los jóvenes sin fortuna, después de que otro equipo de cincuenta personas lo hiciera ayer.
«La inspección reveló que gran parte de las instalaciones están destrozadas, incluyendo los laboratorios, donde han desaparecido numerosos productos químicos y peligrosos», señala el comunicado.
ESTUDIANTES AGAZAPADOS EN EL INTERIOR
Ante el rumor hace dos fines de semana de que la Policía iba a ocupar los campus universitarios de la ciudad, miles de activistas y estudiantes se amotinaron en ellos para proteger lo que consideran la cuna intelectual de las protestas, armados con cócteles molotov, flechas y ladrillos.
Durante el sitio, también se adueñaron de los químicos de los laboratorios para preparar artefactos caseros en caso de necesitarlo si sufrían otro ataque de la Policía.
Después de cercar el campus de la PolyU, el cuerpo entró en el recinto el lunes 18 y se desató una batalla campal que terminó con más de mil detenidos -entre ellos 300 menores que pudieron volver a casa tras ser fichados- y decenas de heridos.
Alrededor de un centenar de estudiantes resistieron atrincherados dentro después de ese episodio, pero con el transcurso de los días fueron desertando o escapándose.
Desde hace cuatro días se cree que quedan dentro una veintena de radicales, divididos en grupos pequeños y agazapados en las plantas más altas para no ser encontrados fácilmente, y que se hallan en un estado físico y psicológico muy precario.
Los últimos desertores contaron al salir este lunes que la situación dentro es desesperada, casi sin comida, con el agua corriente cortada en los baños, soportando las 24 horas un olor pestilente y conviviendo con la devastación que dejó el enfrentamiento con los agentes.
Algunos se niegan a comer, varios se han autolesionado y el suicidio es el tema principal de conversación, según su relato, y la mayoría permanece incomunicada, ya que temen ser localizados si contactan con el exterior.
GESTO DE BUENA VOLUNTAD DE LAM
Poner fin al asedio de la PolyU sería un gesto de buena voluntad por parte del Ejecutivo de Carrie Lam, que se encuentra entre las cuerdas tras sufrir un duro revés electoral el domingo, ya que los candidatos oficialistas solo lograron 59 puestos de concejal de distrito frente a los 883 de los prodemócratas.
El resultado prueba que el movimiento detrás de las protestas cuenta con un amplio respaldo social y para muchos analistas obliga al oficialismo a ceder a alguna de sus demandas, que incluyen el sufragio universal, la liberación sin cargos de los detenidos, que las manifestaciones no se consideren disturbios y una investigación independiente sobre la «brutalidad policial».
Desde el inicio de las protestas, han sido detenidos más de 5.300 manifestantes. De ellos, unos mil fueron arrestados durante el enfrentamiento del día 18 de noviembre en la PolyU y 632 por incumplir la controvertida ley antimáscaras.
Esta legislación obliga a liberar bajo fianza a los detenidos después de 48 horas a la espera de un juicio, aunque si en ese tiempo vuelven a ser detenidos podrían enfrentarse a cargos de más de diez años.
A pesar de tener a gran parte del movimiento fichado, los activistas van a seguir convocando manifestaciones, aunque muchos opinan que deben retomar el rumbo pacífico de los inicios.
Mañana, jueves, hay convocada una marcha en la que se esperan 10.000 asistentes -sería la más multitudinaria de las últimas semanas- para pedir al presidente de EEUU, Donald Trump, que firme los dos proyectos de ley aprobados por el Senado en apoyo a Hong Kong.
Sara Gómez Armas EFE
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