Caracas-. El primer duelo fue para Cardenales de Lara y el segundo de Caribes de Anzoátegui, pero en ambos lados los batazos con contundencia no fueron su carta de presentación, sino algún parpadeo que haya sufrido el pitcheo contrario, algo que seguirá vigente en esta serie.

Cuando la tribu esperaba a su rival de la Gran Final, ya había demostrado que con el pitcheo había sido más fácil todo, porque el bateo no fue tan dominante, como realmente se esperaba.

Dominaron a Tiburones de La Guaira con una cara que durante el año no habían mostrado, pero ahora que se enfrentan a los crepusculares, es un duelo de pitcheo, donde solo los errores tendrán a un firme triunfador.

En el primer cotejo Logan Darnell titubeó ante el cubano Yordanys Linares, quien fue su nemesis, pero rápidamente se acomodó y evitó males mayores, tal como le ocurrió a su similar Raúl Rivero, que también protagonizó una excepcional salida en la que solo aceptó una rayita, pero el descontrol le llegó a su compañero Vicente Campos, quien permitió que el juego se empatara.

Los errores que cometa algún lanzador serán claves para este tipo de encuentros, es quizás repetitivo, pero es lo más visible entre ambas novenas que no parecen tener fallas.

Linares y Luis Jiménez se encargaron de sentenciar al bullpen oriental, ya con eso amarraron su primer lauro, pero esta situación cambiaría para el día siguiente.

Caribes aprovechó el descontrol que Henry Centeno sufrió en la tercera entrada, al admitir tres anotaciones, con tres boletos otorgados de manera consecutiva antes de eso.

Por su parte, Wilfredo Ledezma se lanzó otro juegazo de postemporada al cubrir seis entradas sin mucho escándalo, pues sufrió una sola anotaciones en la parte baja del segundo inning y de resto fue una combinación perfecta entre lanzador y receptor (Gabriel Lino).

La principal meta entre ambos jugadores fue dejar amarrados los bates, en especial a Linares, quien había sido un dolor de cabeza el día anterior. Luego de esa labor de 80 lanzamientos ejecutados, llegó el turno del relevo, en el que Jean Toledo, Liarvis Breto y Lester Oliveros se combinaron para continuar el dominio.

Aunque el resultado fue algo abierto entre ambos desafíos, no fue escandaloso ni apabullante. Es algo que los jugadores saben muy bien de cómo serán los próximos encuentros.

Por ejemplo el abridor del tercer juego por los aborígenes, Félix Doubront, le contó a las cámaras de IVC (canal por suscripción), que «lo principal es no hacerle caso a los pequeños errores que se puedan cometer, porque si caes, debes reponerte rápido o lo puedes pasar muy mal. Solo debes saber mezclar tu repertorio».

En cambio, un bateador que no la ha visto aún tan bien como en la semifinal, pero sabe que debe aplicar el mismo plan es Osman Marval. El bateador de los larenses tiene claro que el Alfonso «Chico» Carrasquel es una plaza donde la pelota vuela mucho, aunque igual, aseguró no buscar batazos altos, pero si «poner la pelota en juego así sea con hits en sencillos».

Los enfrentamientos seguirán siendo eclipsados por lo que hagan los tiradores iniciales. Williams Pérez fue determinante para sentenciar la semifinal ante Águilas del Zulia, por eso tendrá la blanca pelota para el tercer choque ante Doubront, que fue tomado como refuerzo con la posibilidad de continuar el dominio en oriente.

Mayckol Guaipe y el cubano Francisley Bueno son los otros dos iniciadores del club oriental. Sí, Jackson Melián confiará en tener una rotación de cinco abridores, mientras que Cardenales le dará el cuarto juego a Néstor Molina y el quinto con Rivero nuevamente a la acción.

El público del Antonio Herrera Gutiérrez no defraudó, de hecho superó las cifras de cualquier sede en la temporada 2019-2020 al vender 15.276 entradas en el primero de la serie y 14.814 en el segundo. Será un número difícil para la afición oriental, pero igual se espera una gran audiencia.

EFE

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