El candidato marxista Aruna Kumara Dissanayake, considerado una alternativa a los partidos tradicionales, se impuso este domingo en las elecciones presidenciales celebradas ayer en Sri Lanka con el 42,31 % de los votos al término del escrutinio.
La victoria de Dissanayake, de 55 años y candidato de la coalición Poder Popular Nacional (NPP), fue confirmada en rueda de prensa por el comisionado electoral de Sri Lanka, Saman Rathnayake, al término del segundo recuento, en el que se transfieren a los dos candidatos más votados en el primer conteo los apoyos del resto de aspirantes.
En segundo lugar quedó Sanjith Premadasa (centro izquierda), candidato del opositor Samagi Jana Balawegaya (SJB), con el 32,76 % de los votos escrutados .
Se trata de la primera vez en que la Comisión Electoral de Sri Lanka efectuó un segundo recuento para conocer al ganador, puesto que ningún candidato obtuvo el voto directo de la mitad del electorado en el primer conteo.
Este nuevo escrutinio enfrentó a los dos contendientes con más apoyos, a los que se les sumó los votos de los electores que los marcaron como segunda o tercera opción en sus papeletas.
No obstante, poco más de 270.000 votos se transfirieron mediante este sistema a Dissanayake y Premadasa, lo que no fue suficiente para cambiar el resultado del primer escrutinio, en el que el marxista obtuvo 5,6 millones de votos, de los 13,6 millones escrutados.
Premadasa había obtenido en el primer escrutinio 4,3 millones de apoyos.
El presidente saliente Ranil Wickremesinghe, fue la tercera opción con 2,2 millones de votos.
Según medios locales, se espera que Dissanayake sea investido este lunes.
Supo capitalizar el descontento
El futuro presidente tiene especial apoyo entre los jóvenes votantes, pero también despierta el recelo de parte del electorado, ya que ejerce como líder del Janatha Vimukthi Peramuna (JVP), una formación marxista que encabezó dos revueltas armadas contra el Gobierno en las décadas de 1970 y 1980, en las que murieron al menos 60.000 personas según estimaciones.
Para imponerse en los comicios, Dissanayake ha sabido capitalizar el descontento de la población por la severa crisis económica que ahoga a la isla, y durante su campaña electoral prometió acabar con la corrupción así como renegociar un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) de casi 3.000 millones de dólares.
Este rescate, aprobado por Wickremesinghe, conllevó una serie de reformas que generaron malestar en la población, como una subida de impuestos.
Según la Comisión Electoral, la participación en estas elecciones ascendió al 79 %, con más de 17 millones de votantes que fueron ayer convocados a las urnas.
Estas elecciones fueron las novenas a la jefatura del Estado desde que la antigua Ceilán se desligó completamente del Imperio Británico en 1972 y enfrentó a 38 candidatos, el mayor número de su historia.
Además fueron las primeras desde la revuelta civil de 2022, que se saldó con la dimisión y salida del país del entonces presidente Gotabaya Rajapaksa, a quien la población responsabilizó de dar pie a la crisis económica.
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