La XXIII edición del foro Guayana Sustentable, celebrado en la Universidad Católica Andrés Bello, extensión Guayana, (UCAB Guayana), reunió a los diferentes sectores y líderes sociales de la región para dejar sentadas las bases que permitan responder ante los retos y desafíos de Guayana en materia económica, social y ambiental.
El evento, organizado por Centro de Estudios Regionales (CER), se planteó en 2023 ser un espacio deliberativo que tejiera redes entre organizaciones y representantes de la sociedad civil para desarrollar iniciativas en las tres áreas del desarrollo sostenible.
La directora del CER, Aiskel Andrade, agradeció el compromiso con la región de cada uno de los participantes, quienes permiten construir espacios para el diálogo, y recordó que el Foro es un proyecto de la universidad para toda la región.
La primera jornada contempló tres importantes ponencias sobre los desafíos que hay que superar para el desarrollo sostenible en Guayana, desde el punto de vista político, económico, institucional, cultural y ambiental; así como el impacto que en la región tiene el extractivismo, que significa una limitante al hablar de desarrollo sostenible.
Joaquín Benítez, director de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB, expuso sobre la visión y acción de la universidad sobre la sustentabilidad ambiental, con base en algunos criterios que deben incluirse para hablar de un desarrollo que perdure en el tiempo, y cómo superar desafíos que actualmente se presentan.
Dentro de los aspectos desafiantes, que identificó como obstáculos y barreras para el desarrollo sustentable, está el superar la vocación extractivista de la región, generar riquezas y prosperidad, garantizar la inclusión y preservación de la diversidad cultural, y preservar los elementos que hacen relevante a Guayana para el país y la región.
“Muchas veces las actividades extractivistas implican alteraciones de carácter duradero, y dependiendo de lo que se está afectando, puede ser permanente. También existen elementos de sustentabilidad que no pueden lograrse con el extractivismo, ni siquiera bajo el paraguas de lo que se conoce como minería responsable, porque aun así generan impactos ambientales importantes”, explicó Benítez.
El marco democrático
Por otra parte, el director de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB, Joaquín Benítez, detalló que superar o solucionar esta barrera es posible si hay una institucionalidad que fije una ordenación territorial, de seguridad sólida y activa, que vigile y garantice lo que se establezca como desarrollo sustentable; así como gobernanza, con mecanismos de participación y evaluación abiertos para diferentes factores y personas afectadas por algunas actividades.
Además, debe garantizarse el respeto a los derechos humanos; y -enfatizó- el marco democrático es fundamental para lograr un desarrollo sostenible.
“En democracia es posible el desarrollo sostenible; el extractivismo es posible sin democracia”, expresó Benítez.
En cuanto a los otros elementos, reiteró que es un requisito fundamental pensar en generar recursos para hacerse sostenible, duradero en el tiempo, trabajar para incrementar capitales financieros, humanos, institucionales y culturales. Asimismo, debe considerar incorporar a otros factores de la sociedad y de la región para garantizar la inclusión.
Al hablar del impacto de Guayana en el país, desde la perspectiva del desarrollo sustentable, destacó que dentro de los aspectos de importancia hay que reconocer que “la región juega un papel fundamental en la regulación del clima y el ciclo hidrológico del país y la región. Es una zona con una singularidad geológica única y da continuidad al ecosistema conocido como la Amazonía. Todos estos elementos deben considerarse en la configuración del desarrollo sustentable de la región”.
Ante iniciativas que se pueden aplicar, el director de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB hizo hincapié en que para ello se requiere de voluntad política, adecuada gobernanza ambiental y una institucionalidad robusta.
Entre aquellas acciones que contribuyen al desarrollo sustentable, destacó: la valoración económica de las contribuciones ecosistémicas a la sociedad, vinculación a iniciativas globales y regionales de financiamiento sostenible, economía verde y ordenamiento territorial.
Para Aiskel Andrade, directora del CER, también se requiere de un marco democrático para garantizar un desarrollo duradero en el tiempo para cualquier región.
Algunos datos basados en Latinobarómetro 2023 indican que el apoyo al autoritarismo crece en países como México del 22% al 33%, en Guatemala desde el 14% al 23% y en República Dominicana del 13% al 21%. Mientras que Venezuela (13%), Honduras (12%) y Uruguay (9%) son los tres países de la región que tienen un menor contingente de ciudadanos que apoyan una opción autoritaria.
Asimismo, detalló que “los países cuya satisfacción con la democracia es inferior a 20 puntos porcentuales son: Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay y Venezuela. Son países propicios para que germinen el populismo y el autoritarismo, en los que sus ciudadanos han perdido la esperanza de un buen desempeño de sus gobiernos. En cuatro de esos cinco países los insatisfechos son más del 80% de la población”, expuso Andrade.
Esa insatisfacción con la democracia se percibe en un aumento de las desigualdades, deficiencia de la democracia en producir los bienes políticos que demanda la población, y el desplome del desempeño de los gobiernos por su falta de capacidad para responder a las demandas de políticas públicas.
En el caso particular del estado Bolívar, la valoración de bienestar alcanza apenas un 0,4855 en rango de 0 a 1, siendo 1 el de mayor nivel de satisfacción. Los municipios Caroní, Angostura del Orinoco, Sucre, Piar y El Callao valoraron su percepción de bienestar por debajo del promedio. Solamente Cedeño, Sifontes y Gran Sabana están por encima de la valoración general en el estado.
Transformación desde la organización
La directora del CER planteó que, en ese sentido, es fundamental la organización social para la transformación. Explicó que “los mayores niveles de malestar están en aquellos dominios en los que los ciudadanos y sus familias no pueden, por sus propios medios, hacer frente a las amenazas, inconvenientes y frustraciones para llevar adelante la cotidianidad y el buen desarrollo de la vida”.
Agregó que investigaciones previas acerca de los efectos individuales y sociales de la privación material, demuestran que:
- Ante la carencia de bienes con alto valor simbólico aparecen sentimientos de angustia e inseguridad, asociados al no saber cómo serán cubiertas las necesidades materiales más esenciales.
- Sentimientos de humillación, vergüenza y rabia, derivados de la mala atención que reciben en las instituciones.
- Desvinculación y aislamiento social, provenientes de la incapacidad de participar en la vida comunitaria.
Por tanto, la desigualdad territorial y el bienestar humano también forman parte de los desafíos para el desarrollo sostenible de la región Guayana.
El mercurio y sus implicaciones
Como entre los retos del desarrollo sostenible en Guayana están los efectos de la minería indiscriminada, Alejandro Álvarez, coordinador general de Clima 21, habló sobre las implicaciones del uso del mercurio en la salud pública y el deterioro ambiental.
Recordó que una persona puede verse afectada por mercurio a consecuencia de una exposición a sus vapores o por consumo de peces contaminados por esta sustancia que, aseguró, hay evidencias de contaminación en ríos y aire en el estado Bolívar.
Entre sus efectos neurológicos y conductuales en el adulto, están: temblores, insomnio, cefalea, pérdida de memoria, pérdida de funciones cognitivas, alteraciones neuromusculares, inestabilidad emocional, nerviosismo, timidez excesiva, convulsiones y muerte.
“En este momento se puede considerar que la contaminación por mercurio ocupa toda la Amazonía venezolana”, advirtió Álvarez.
Otros datos que reflejan la situación de grupos vulnerables es la de un estudio realizado en El Callao, donde 38% de los niños y niñas, entre 6 y 13 años, presentaron muy altos niveles de mercurio, de acuerdo a los estándares que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). Agregó que en el municipio El Callao, el polvo y el aire de las escuelas contienen mercurio.
En las mujeres, 92% de indígenas que están en el Caura también presentan niveles de mercurio por encima de los que la OMS considera “seguros”. Mientras que en El Callao, el 37.1% de las que trabajan en las minas superaron el umbral de 1 ppm (partes por millón).
Sobre los indígenas, Álvarez precisó que “se tiene evidencia de contaminación por mercurio en todos los territorios indígenas en la Amazonía venezolana”.
Para Álvarez, algunas acciones que puede hacer cada ciudadano ante esta situación es resistir, visibilizar y participar.
“Negarnos a aceptar la destrucción de nuestro país como algo normal e inevitable. Debemos documentar, denunciar y divulgar. Y articularnos para promover los cambios necesarios”, explicó.
Asimismo, considera necesario educar para la protección de la salud y el ambiente; solidarizarnos con las personas afectadas; y acompañar a las personas y comunidades afectadas en la búsqueda de la justicia, la verdad y la reparación.
Propuestas desde y para la región
Tras el análisis y la comprensión del contexto actual de Guayana y el país, se definieron tres mesas de trabajo para la elaboración de propuestas que permitan transformar las dificultades que enfrenta la región en oportunidades de crecimiento y desarrollo en distintas áreas.
El ingeniero Alfredo Rivas Lairet compartió las conclusiones del grupo que trabajó en torno a las propuestas en materia económica para la región. Lairet explicó que el grupo no solo discutió acerca de lo que buscan las nuevas generaciones de guayaneses en términos de trabajo, sino también lo que necesitan las áreas productivas y cómo la universidad puede servir de puente.
En ese sentido, se propuso seguir adaptando y revisando los programas curriculares e incluir carreras cortas que permitan un ingreso más temprano al mundo laboral, así como integrar la formación en negocios en toda la oferta académica para impulsar a nuevos emprendedores y empresarios.
Reconociendo los cambios en los procesos productivos de Guayana, se planteó la necesidad de crear nuevas áreas de formación universitaria y hacer un currículum interdisciplinario.
La mesa de trabajo de ambiente, que contó con la relatoría de la doctora Luz Delgado, representante del Centro de Investigaciones Ecológicas de Guayana, coincidió en la necesidad de sensibilizar sobre el desarrollo sostenible a las comunidades de la región, fortaleciendo sus habilidades blandas como el liderazgo, el análisis y la adaptabilidad.
Reiteraron la importancia de la articulación de distintos actores que permitan la construcción de propuestas para el desarrollo de políticas públicas con perspectiva ambiental.
Por último, llaman a promover, desde la universidad y la sociedad, una visión común del desarrollo sostenible de Guayana que permita alinear todas las iniciativas hacia un mismo fin.
María Teresa Sánchez, directora Extensión Social Universitaria de la UCAB Guayana, expuso el resultado del debate sobre el ámbito social en la región, destacando la importancia del respeto a las necesidades comunitarias, el trabajo articulado y la creación de alianzas para el fortalecimiento de los sectores que les permita gestionar y desarrollar sus propias acciones.
Además, mencionó la importancia de promover la educación en derechos civiles y políticos para que las comunidades participen activamente en decisiones políticas; crear espacios físicos para el encuentro de organizaciones y grupos para el debate de los intereses comunes; buscar la cooperación internacional para obtener fuentes de financiamiento que permitan amplificar el alcance de las iniciativas; y la creación de una agenda de actividades de acuerdo a las principales necesidades de los sectores en Guayana.
Apostar al trabajo
El cierre de la XXIII edición del Foro Guayana Sustentable estuvo a cargo del rector de la UCAB, Arturo Peraza, quien reconoció las potencialidades de la región e insistió en la necesidad de superar la crisis desde el trabajo, como fuente de bienestar social, para evitar la dependencia del modelo extractivista que ha imperado en Venezuela la mayor parte de su historia.
El rector cuestionó estos modos de producción, en el contexto de la expansión de la extracción minera en Bolívar en los últimos años y demás recursos que posee el estado, “¿por qué vamos a depender de un circuito que jamás termina? y donde simplemente nos achicamos o crecemos por razones que no dependen de nosotros. No dependen del trabajo, no dependen de la creatividad, de la tecnología. No importa mucho si usted estudia mucho o poco porque la riqueza o no riqueza tampoco depende de su capacidad productiva, sino simplemente de cómo usted se beneficia de la fuente petrolera que, además, recibe del Estado”, expuso.
Aseguró que el reto como ciudadanos está en la capacidad de desarrollar ideas y “vernos como productores en el contexto de esta región y de sus oportunidades”, reconociendo las dificultades de la relación con el Estado.
Peraza invitó a los sectores a “sembrar, no solamente en el sentido propio, sino en el sentido de empresas, pequeños negocios, comercios, desarrollos industriales, pequeños elementos de transformación que de alguna u otra forma tengan líneas de comercialidad que vayan creciendo orgánicamente con una ciudad que tiene que empezarse a recuperar poco a poco”, sostuvo.
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