
La Ley Aprobatoria del acuerdo bilateral fue publicada en Gaceta Oficial, estableciendo un marco de diálogo político regular, fortalecimiento energético (incluida la OPEP+ y exploración de campos) y el compromiso mutuo de no apoyar ni aplicar medidas coercitivas en un esfuerzo contra el «neocolonialismo».
Fortalecimiento en diálogo político y confianza mutua
La ley entre Venezuela y Rusia se publicó en la Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 6.930, de fecha 7 de octubre de 2025, formalizando una alianza que busca profundizar lazos en un plano de igualdad y confianza mutua.
El acuerdo subraya el compromiso de ambas naciones de mantener un diálogo político y diplomático regular y estrecho, especialmente en los niveles más altos, incluyendo consultas sistemáticas entre los Ministerios de Relaciones Exteriores y la creación o ampliación de mecanismos de coordinación para abordar la agenda bilateral, así como problemas internacionales y regionales de interés mutuo.
Contra medidas coercitivas unilaterales
Un pilar central del tratado es el rechazo rotundo a las medidas coercitivas y restrictivas unilaterales o sanciones, incluyendo aquellas de carácter extraterritorial.
Ambos países consideran que estas acciones violan la Carta de la ONU y el derecho internacional, calificándolas como una «manifestación de neocolonialismo, un instrumento de presión, estrangulamiento y debilitamiento de la estabilidad política interna de los Estados soberanos».
El pacto establece un compromiso recíproco y explícito: ninguna de las partes apoyará o se sumará a las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por terceros Estados o asociaciones contra la República Bolivariana de Venezuela o la Federación de Rusia, y no aplicarán restricciones unilaterales entre sí.
Expansión y cooperación en el sector energético
El sector energético se erige como un área clave de la asociación. Venezuela y Rusia acordaron impulsar iniciativas conjuntas en foros multilaterales cruciales, como la OPEP+ y el Foro de Países Exportadores de Gas, con el objetivo de contribuir al desarrollo equilibrado y estable a largo plazo de los mercados energéticos globales, libre de restricciones artificiales e instrumentos de competencia desleal.
La cooperación energética abarca varias áreas vitales como exploración y desarrollo de nuevos campos, aumento del rendimiento, comercialización de petróleo y seguros para transporte.
Además, la colaboración se extiende al campo de la energía eléctrica, previendo la implementación de proyectos conjuntos destinados a la modernización y expansión de las capacidades de generación, así como de la infraestructura para la transmisión y distribución de electricidad.
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