Guayaquil, ciudad de Ecuador, fue nuevamente sacudida por la violencia la tarde del martes 22 de julio, cuando el Club Naval 25 de Julio, situado en el sur de la ciudad, se convirtió en el escenario de un brutal ataque armado que dejó un saldo de al menos cuatro personas muertas y varios heridos graves.
Según datos preliminares, las víctimas serían integrantes de la banda delictiva conocida como “Los Carniceros”, organización señalada por las autoridades como una de las responsables de parte de la escalada criminal que afecta a esta zona del país.
De acuerdo con testimonios de personas presentes, el ataque ocurrió de forma sorpresiva y rápida: un grupo de sicarios fuertemente armados irrumpió en el club, disparando directamente contra los asistentes.
Los Carniceros
El objetivo principal, identificado por la Policía como alias “Colorado”, uno de los líderes de “Los Carniceros”, logró escapar con parte de su escolta, mientras que al menos cuatro de sus hombres fueron abatidos en el lugar. Los atacantes actuaron con planificación, desatando el pánico entre quienes se encontraban disfrutando del ambiente social del club.
La escena fue acordonada minutos después por la Policía, que halló decenas de casquillos de bala dispersos en el área.
Equipos de criminalística realizaron el levantamiento de los cuerpos e iniciaron la recolección de evidencias. Asimismo, se llevó a cabo la revisión de las cámaras de seguridad del local y los alrededores, con el objetivo de identificar a los responsables y reconstruir la ruta de escape utilizada por los sicarios. Las primeras versiones apuntan a un posible ajuste de cuentas o enfrentamiento entre bandas rivales, una situación que no es nueva en los sectores controlados por organizaciones criminales como “Los Carniceros” y “Mafia 18”.
Pánico en la comunidad
El hecho ha generado inquietud y temor en la comunidad local, que ve con preocupación cómo la violencia armada irrumpe en espacios sociales y deportivos de la ciudad. Las autoridades, por su parte, han reiterado su compromiso de intensificar los operativos de seguridad y han pedido la colaboración ciudadana para esclarecer los hechos y frenar la ola de homicidios vinculados al crimen organizado que afecta al sur de Guayaquil.
Hasta la publicación de esta nota, la Policía Nacional no ha reportado detenciones vinculadas directamente con el atentado, pero confirmó que se mantienen abiertas varias líneas de investigación, incluyendo posibles vínculos de las víctimas con otras organizaciones delictivas y la participación de sicarios contratados para ejecutar el ataque.
Esta nueva masacre evidencia la creciente peligrosidad de la lucha por el control territorial entre bandas en Guayaquil, un fenómeno que ha dejado decenas de víctimas en lo que va del año y mantiene en alerta a las autoridades y a la población local
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