Este viernes, se celebra el Día Internacional del Yoga, originario de la cultura india y con más de 20 variantes, el yoga se ha ido convirtiendo en un mercado de muchos millones de dólares y en una alternativa para millones de personas que buscan darle serenidad a su estilo de vida. 

El Día Internacional del Yoga se dedica, este año, a la respuesta al cambio climático. Es la quinta celebración de la jornada cada 21 de junio, luego de que la Asamblea General de la ONU instituyera esta fecha en 2015.

Yoga y medio ambiente

Hacer yoga ha tenido siempre una dimensión ecológica, aunque en la vida moderna llega a ignorarse pensando que se trata nada más de un ejercicio físico.

En estos cinco años, la reacción internacional frente a esta celebración ha superado las expectativas, asevera Syed Akbaruddin, embajador ante las Naciones Unidas de la India, el país patrocinador de la iniciativa.

«Es un fenómeno global, cuya popularidad ha aumentado”, subraya el diplomático, quien afirma que el yoga es parte de la corriente de la sociedad civil que busca modelos más saludables en todos los terrenos.

¿Por qué se eligió la acción contra el cambio climático este año para marcar el Día internacional? “La respuesta a ese evento ya no es un lujo sino una necesidad”, responde el embajador.

“Globalmente hay una mayor conciencia del impacto que el cambio climático está teniendo en nuestras vidas y de la necesidad de hacer algo al respecto. Desde nuestra perspectiva, el enfoque sostenible que tiene el yoga es clave para un estilo de vida que puede ayudar en la respuesta al cambio climático”, dice Syed Akbaruddin.

Cambiar los excesos por hábitos sostenibles

Actualmente, ante el avance del cambio climático, gran parte de la humanidad se empeña en frenar el fenómeno para evitar una catástrofe que podría acabar con el planeta. Es en esta batalla donde el yoga puede ser útil, insiste Ahmed.

Conectar el yoga con la conciencia ambiental nos beneficia a todos. Practicar yoga genera nuevas formas de pensamiento y el futuro del mundo depende de las nuevas ideas de sostenibilidad, de entender que el modelo actual no es viable y que cambiarlo no se contrapone al desarrollo.

“Las sequías, los incendios, los tifones, los tornados son la nueva normalidad. Como seres humanos tenemos que fijar metas más altas para que nuestras actividades y estilos de vida sean más sostenibles», afirma.

Como científico y yogui, Ahmed Soliman dice que combatir el cambio climático no es detener la producción o prohibir que la gente maneje un coche, sino implementar prácticas que permitan mantener los recursos en lugar de agotarlos.

 

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