El Castel di Sangro y el Campo Felice, Italia. El colombiano Egan Bernal (INEOS) asaltó el liderato del Giro de Italia al imponerse este domingo, con 7 segundos de ventaja, al italiano Guilio Ciccone (Trek-Segafredo) y al ruso Aleksandr Vlasov (Astana) en la novena etapa, de 158 kilómetros, entre el Castel di Sangro y el Campo Felice.
El colombiano dio un golpe de efecto para arrebatar el liderato de la general al húngaro Valter Attila, que no aguantó la presión y terminó vigésimo sexto. Bernal aventaja en 15 segundos al belga Remco Evenepoel (Deceuninck-Quick Step), segundo, y en 21 a Vlasov, tercero.
No es el Giro una carrera que se caracterice por tener piedad de nadie y este domingo fue una buena prueba de ello camino de Campo Felice, primer final en un puerto de primera categoría con una encerrona muy clásica italiana vestida con ‘sterrato’ en el último kilómetro.
Ahí enterraron su sueño el francés Geoffrey Bouchard (AG2R Citröen) y el holandés Koen Bouwman (Jumbo Visma), los dos valientes supervivientes de la fuga del día y que se quedaron a 400 metros de jugarse la victoria parcial.
Cuando giraron el cuello por última vez vieron emerger la figura de un desatado Egan Bernal. El colombiano arrancó sin mirar atrás y no quiso ni levantar los brazos al cruzar la meta, sabedor de que cada segundo cuenta.
Fue una jornada rápida. Hubo unos primeros 60 kilómetros en los que cada batalla formaba parte de una guerra diferente. Los valientes buscaron una fuga triunfadora y los equipos de los líderes contraataques. Hubo un grupo de ciclistas que apareció sorprendentemente en la cabeza de carrera, como Daniel Felipe Martínez (INEOS) o Fausto Masnada (Deceunink), aunque el más llamativo fue el ataque sin cadena de Damiano Caruso (Bahréin).
El esloveno Matej Mohoric sufrió una grave caída que provocó su abandono. Después del accidente, el pelotón principal se reagrupó a pocos kilómetros del final tras una rápida persecución del equipo Bike-Exchange, la formación que capitanea en la ruta el británico Simon Yates.
La escapada del día se configuró de forma definitiva tras casi setenta kilómetros de ataques y contraataques. Se fue un grupo grande con corredores de postín como el portugués Rubén Guerreiro (Education First), el italiano Diego Ulissi (UAE Emirates), el holandés Bauke Mollema (Trek), el también italiano Matteo Fabbro (Bora) o el español Luis León Sánchez, amén de los ya mencionados Bouchard y Bowman, los que llegaron más lejos.
Al tiempo que se seleccionaba la fuga por delante, en el grupo principal siempre se rodó rápido. Primero fue el Groupama el que tiró sin miedo para defender el último día como líder del húngaro Attila Valter y más tarde entró el INEOS, que sigue haciéndose fuerte en los tramos de escalada.
Endurecieron la subida final hasta ese último kilómetro en el que la tierra cobró su protagonismo. Con los escapados a tiro de ataque, arrancó Egan Bernal poseído, salió como un resorte del pelotón y nadie pudo contrarrestarlo. No necesitó ni mirar atrás para saber que no venía nadie junto a él. Pasó a los escapados sin miramiento alguno y entró a meta como vencedor de la etapa. Así certificó su primer triunfo parcial en una gran Vuelta -ganó el Tour 2019 sin victoria de etapa- y la quinta maglia rosa para Colombia.
Al contrario de lo que suele suceder tradicionalmente en las grandes carreras por etapas, este lunes no habrá jornada de descanso, sino otro día de ciclismo entre L’Aquila y Foligno en el que los corredores tendrán que cubrir 140 kilómetros que parecen destinados a una llegada masiva, aunque el perfil invita a que puedan pasar más cosas siempre y cuando haya una actitud tan beligerante como la que hubo este fin de semana.
EFE noticias
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