Parte II
Puerto Ordaz.-Comienzo en primera persona porque soy testigo de lo que voy a denunciar.
Hace poco observé a un pasajero, como de 28 años a unos 34 años momentos en que se pasó de abusivo con una dama que se embarcó en el autobús.
Ella, se subió en El Guamo, Paseo Caroní, iba con destino a Alta Vista, vestía uniforme de la empresa para la cual trabaja.
El tipo enseguida le puso el ojo, la muchacha como pudo se acomodó en el pasillo y el depravado se acercó sigilosamente todo lo que pudo a su víctima.
La joven llegó un momento en que se dio cuenta de lo que hacía el lascivo y se apartó un poco, pero el tipo insistía. La chica, no podía retirarse un poco más porque el bus iba abarrotado.
El hombre continuó con su propósito, colocando sus partes en el cuerpo de la joven mujer.
Llegó un instante en que no aguanté, me levanté del asiento y tomé a la muchacha del brazo hasta la parte trasera, e invité a sentarse, el delincuente quedó descubierto y se bajó en la parada del semáforo de Unare I.
No se trató de un hecho fortuito, a escasos días, me tocó ir a San Félix. Subí a un autobús Encava que cubre la ruta hasta La Económica, ruta I de Vista al Sol, en uno de los primeros puestos pude presenciar a una persona de aproximadamente 28 años, con tremendo teléfono, bien vestido y a simple vista no representaba un peligro.
Subió una dama bien parecida, ella quedó parada en una de las orejas del asiento del colectivo. Su pecho pegaba del agarra manos. El usuario en cuestión, con toda malicia y alevosía, espero el momento para poner una de sus manos en el referido soporte.
La víctima se bajó en una de las paradas de la avenida Dalla Costa. El perpetrador quedó disfrutando de lo que hizo, este sujeto, supone hasta el momento que nadie lo vio.
Ambos casos ocurrieron en una semana, eso quiere decir que dicha situación ocurre con más frecuencia en los autobuses del transporte público.
La gente que utiliza el transporte público, en su mayoría está pendiente de llegar a tiempo a su destino; otros pensando en cómo solucionar sus problemas; mientras que una minoría máquina que delito cometer y aprovecharse de lo distraído de su víctima.
Bladimir Martínez Ladera
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