Ciudad Guayana.- Los emprendimiento con delivery se han vuelto una normalidad desde que comenzó la pandemia por covid-19 y Venezuela no es la excepción. Sin embargo, el crimen organizado y la delincuencia informal mantiene en alerta tanto a los dueños de negocio como a los que trabajan con entregas por delivery.
Los robos a mano armada después de pedir un servicio son uno de los mayores riesgos que sufren los trabajadores de deliverys y los dueños del emprendimiento. El peligro aumenta cuando las entregas se hacen después de las 10 de la noche.
Un nuevo emprendimiento de hamburguesas sufrió uno de estos altercados que pudo suponer una pérdida importante de dinero para ellos y un peligro para la vida del trabajador que entregaba el pedido.
Una de las trabajadoras del lugar explicó para Soy Nueva Prensa que recibieron el pedido a las 9:00 pm. El “cliente” señaló que solo tenía un billete de 100 dólares por lo que requería el cambio, algo que normalmente el negocio no acepta por ser un monto demasiado alto, no obstante “se confiaron” porque el sujeto respondió todas sus preguntas de seguridad.
“Por ejemplo «foto del billete, dirección, nombre completo», revisé si el nombre coincidía con el que me había dado, todo bien, la foto de perfil era de una chica con 2 niños, también estaba bien. Aun así, sigo insistiendo con el hecho de que no tenía vuelto para un billete tan grande y la persona nos indica que aumentará su pedido a 30 dólares”, dijo.
Una vez que acordaron el lugar de entrega, el pedido sale hacia el edificio Los Samanes en Alta Vista. “El chico del delivery al acercarse al destino, llama al cliente, y le atiende un hombre. Este le dice que se movieron y que el pedido lo recibirá al frente de Los Samanes, en la avenida. El delivery escuchar eso, se pone alerta, y se esconde el dinero de una forma estratégica, por si acaso”.
Una vez el joven que hizo el pedido se acercó, el delivery se encargó de revisar si el billete era real. La trabajadora describió al “cliente” como un hombre flaco, alto y moreno.
Explicó que mientras ambos conversaban, el trabajador se dio cuenta que otro hombre se aproximaba con un arma de fuego y apenas lo vio, arrancó rápidamente la moto para salir del lugar. En el proceso escuchó un disparó, pero no salió lastimado.
“El chico llegó al negocio súper asustando y alterado. Por suerte no perdimos ni vidas, ni cosas materiales e incluso el pedido vino para atrás. Ese día luego de recibir la noticia, lo que hicimos inmediatamente fue cerrar el local y nos fuimos a casa, con los corazones arrugaditos”.
Añadió que era la primera vez que fueron víctimas de un intento de robo, pero que hace aproximadamente dos meses tuvieron una pérdida de 100 dólares, debido a que un cliente canceló con un billete falso.
Pérdidas para el negocio y los trabajadores de reparto por la delincuencia
Los emprendimientos han tenido que crear sus propias medidas de seguridad para evitar pérdidas, sustos o incluso daños físicos al personal. Uno de ellos es crear lapsos de alerta de aproximadamente 20 minutos y cuando el delivery no se ha reportado hacen lo imposible para comunicarse con él.
Las consecuencias de los robos y estafas que reciben o pueden tener en algún momento afecta directamente el sustento de la familia de los que invierten en dicho emprendimiento y para el delivery perder su sustento, así como su medio de transporte para trabajar.
“Algunos de nuestros deliverys no cuentan con motos propias, sino con motos alquiladas, porque por la falta de empleo aceptan el alquiler semanal de una moto y así poder trabajar y generar algo de ingresos, razón por la cual siempre acostumbran a decir «si» a todos los pedidos sin evaluar riesgos, ya que negarse a llevar un Delivery le restaría un grano de arena para completar la cuota de la semana o su ganancia semanal”, alegó.
Nuevas medidas de seguridad y exigencias
Después de la experiencia, los dueños del negocio se dieron cuenta que necesitaban mejorar sus medidas de seguridad para su bienestar y el de los trabajadores, entre ellos está en que se restringirán zonas específicas para entregar pedidos y estas solo se concluirán en el lugar indicado inicialmente.
“Si hay algún tipo de cambio de ruta al momento de hacer la entrega, la misma no se realizará. No entregaremos en callejones, en lugares con alto índice de peligrosidad, la entregar se realizarán en un lugar con gente e iluminado y dado el caso de que el destino sea muy adentro, se solicitará al cliente acercarse un poco a las avenidas”, sentenció.
Además, exigieron a los entes pertinentes que tomaran en cuenta la mejoría de las rutas para establecer zonas más seguras para las personas que trabajan como deliverys.
“Alumbrado, principalmente el paseo Caroní. Muchas partes de la ciudad parecen una cueva de lobo. También patrullaje nocturno (pero que no sea para matraquear a los deliverys) y hacer públicos números de emergencias”.
Ruth Meyerowitz
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