Teherán.- El levantamiento o la extensión del embargo armamentístico a Irán es el centro de la actual disputa entre Washington y Teherán cuando se cumplen este viernes dos años de la retirada de Estados Unidos del histórico acuerdo nuclear.
Ese pacto, firmado en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania), quedó validado por la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU, que estipula asimismo que la restricción sobre las ventas de armas convencionales al país persa expira el próximo mes de octubre.
EE.UU. abandonó el acuerdo nuclear el 8 de mayo de 2018 y, justo un año más tarde, Irán anunció que comenzaba a reducir gradualmente el cumplimiento de sus compromisos para forzar al resto de firmantes del pacto a contrarrestar las sanciones impuestas por Washington.
Esta concatenación de hechos ha provocado que en la misma fecha de 2020 el llamado Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, en sus siglas en inglés) se encuentre aún más en la cuerda floja y que EE.UU. intente presionar para que se mantenga el embargo.
«PARTE INSEPARABLE DEL JCPOA»
«El levantamiento del embargo de armas contra Irán es parte inseparable del acuerdo nuclear y si se extiende esa restricción, bajo cualquier excusa o mecanismo, deben esperar nuestra respuesta», aseguró esta semana el presidente iraní, Hasan Rohaní.
Sin detallar esa respuesta, Rohaní advirtió a Rusia, China, Francia, el Reino Unidos y Alemania de «graves consecuencias» si cometen el «error» de apoyar el plan de EE.UU. que -agregó- lo que debe hacer es volver a adherirse al pacto nuclear.
También el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, insistió en un tuit en que la resolución 2231 «no existiría sin el JCPOA y que EE.UU. la violó e impidió que otros la cumplieran», por lo que, a su juicio, Washington «no está en posición» de exigir nada.
Desde la reimposición de sanciones por parte de Washington, la tensión entre ambos países no ha hecho más que aumenta, llegando casi al enfrentamiento directo cuando EE.UU. asesinó el pasado enero al general iraní Qasem Soleimaní y Teherán respondió con un ataque a una base militar en Irak con presencia de fuerzas estadounidenses.
En opinión del analista Ardeshir Pashang, del Centro de Estudios Estratégicos de Oriente Medio de Teherán, el devenir del embargo armamentístico va a ser «el próximo tema de alta tensión entre EE.UU. e Irán y posiblemente con otros países».
LA DECISIÓN EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD
«No se puede prever qué ocurrirá en el Consejo de Seguridad, pero EE.UU. empleará todo su esfuerzo para que el embargo se extienda el menos uno o dos años», explicó a Efe Pashang.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, confirmó la semana pasada que está trabajando con el Consejo de Seguridad para extender la prohibición a la ventas de armas a Irán y que, de no lograrlo, evalúan «todas las posibilidades».
Los otros cuatro miembros permanentes, con derecho a veto, están en una situación delicada ya que son todos parte signataria del JCPOA. Además, Rusia y China están más cercanos a Irán, aunque el analista señaló que ese respaldo no es seguro.
«No se puede contar mucho con los apoyos de Rusia y China, porque para ellos su prioridad es su beneficio y normalmente cuando respaldan a Irán es en el marco de su confrontación con EE.UU.», apuntó Pashang.
En cuanto a los países europeos, las presiones de EE.UU. les llevaron en enero pasado a recurrir al mecanismo de arreglo de diferencias ante el incumplimiento del JCPOA por parte de Irán, que ese mes anunció que ya no implementaba ninguno de sus compromisos técnicos, incluidos los límites al almacenamiento y enriquecimiento de uranio.
El tiempo ha pasado y parece que la parte europea no quiere tensar la cuerda hasta el punto de llegar al Consejo de Seguridad, donde, si tampoco hubiera consenso, se reactivarían automáticamente las sanciones impuestas a Irán antes del acuerdo.
UN FUTURO INCIERTO
Para el analista del Centro de Estudios Estratégicos de Oriente Medio de Teherán, Irán se ha visto decepcionado por la incapacidad de Europa de enfrentar las presiones y sanciones estadounidenses: «Esperaba que en algún momento actuara con independencia», añadió.
El JCPOA limita el programa nuclear de Irán para evitar que desarrolle la bomba atómica a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales, una contrapartida económica de la que Teherán no se puede beneficiar desde la retirada de EE.UU.
Aunque ya no se adhiere a las limitaciones del pacto, Irán sigue permitiendo las inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), por lo que a juicio de Pashang su movimiento es «más bien simbólico».
«La situación de Irán es compleja, pero su perspectiva es que tiene que resistir al menos hasta las elecciones presidenciales de EE.UU. de noviembre», comentó el experto.
Una reelección de Donald Trump puede cambiar la estrategia de los ayatolás, así como una extensión del embargo armamentístico, que daría alas a los sectores más conservadores del país persa y elevaría las tensiones con EE.UU.
Como advirtió el influyente secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Alí Shamjaní, el acuerdo nuclear de 2015 «morirá para siempre si continúan las sanciones ilegales a las armas de Irán».
Marina Villén EFE
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