
Precios de los productos básicos devoran al consumidor, dicen afectados; además, aseguran que el precio de la canasta básica está por encima de los 600 dólares, mientras que el venezolano gana un salario mínimo de 130 bolívares y se medio ayuda con el bono de guerra y otros bonos, “pero no todos se benefician con las dádivas del Gobierno”, afirmó Carlos Basanta.
Un kilo de queso en el mercado está entre 1.850 y 1.900 bolívares; mientras que el kilo de pollo se ubica en 800, recorte especial 1.300, y recorte sencillo en 700. Un cartón de huevos cuesta 1.500 bolívares.
Basanta se movilizaba por la calle Negro Primero, recorriendo los puestos de comida para averiguar precios. En su bolsillo solo llevaba seis mil bolívares en billetes de 100. “Tuve que vender 20 dólares para rendir la plata en bolívares. Me pagaron 20 dólares en 300 bolívares”, expresó.
Trabajador de una empresa básica
El hombre de 50 años, trabajador de una de las empresas básicas del holding CVG, dijo que era imposible vivir con un salario pírrico. Cuenta que un cartón de huevos está en 1.500 bolívares, mientras que un kilo de queso casi en dos mil bolívares, y ni hablar del pollo.
Carlos explica que tiene seis hijos, uno en la universidad, dos en el liceo y el resto en la escuela. “Es imposible mantener a una familia de ocho personas. Luego que salgo de la empresa, me voy a ayudar a un familiar en una cauchera con el propósito de ganar algo de dinero para compensar otras cosas que hacen falta en la casa. Mi esposa tiene que trabajar en una casa de familia por día, y lo que recibe de pago es una miseria”.
Otro consumidor consultado en el mercado de San Félix manifestó que el precio del dólar “nos tiene liquidados. Todos los días aumentan los productos y el poco dinero que conseguimos se deteriora más. Ayer el queso estaba a un precio y hoy está a otro, también el pollo y los huevos; nadie defiende al consumidor”, expresó, algo airado.
Consumidores, mayoristas y minoristas
Según un vendedor de queso, no gana casi nada por un kilo. “El mayorista me vende a un precio y yo debo vender a otro. Tengo que ganar algo para pagar impuestos y a una persona que me ayuda”.
Aclara que los mayoristas les dicen a las personas que distribuyen los quesos que el costo de medicamentos y alimentos para criar el ganado está por la nube, aunado al mantenimiento del vehículo que se utiliza para sacar la mercancía de las queseras.
El expendedor tiene tres tipos de quesos: uno que llega de Upata, otro de El Palmar y el tercero de Piacoa. Este último tiene un precio más económico porque merma y es más blando que los otros dos.
Los precios de los productos varían entre el interior y las afueras del mercado. En el interior tienen otro monto, tanto para pescado, pollo, carne, queso y otros artículos de primera necesidad.
Aunque las personas consultadas coinciden en que el costo de los alimentos está por las nubes, aseguran que no existe control de precios. “En el mercado tiene un precio y en los supermercados otros, y no se diga en las bodegas de las comunidades”, indicó un consumidor.
Luisa expresa que el precio de los alimentos lo fija el dólar. “Los más perjudicados somos los consumidores, somos los últimos de la cadena y los que pagamos los platos rotos. Para comer estamos haciendo milagros”.
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