Upata.-El supuesto pastor y el copastor engañaban a locales del sector Villa Verde de la parroquia Upata, municipio Piar, hasta que una de las víctimas habló que era violada constantemente por el par de delincuentes que se escondía detrás de la biblia y una iglesia con el nombre: Cielo Abierto.
Luis Darío Vargas, llevaba en su cartera un carnet que lo acreditaba como magister en teología que supuestamente estudió en el Instituto Bíblico Teológico “Dios es Amor”, inscrito en el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia Dirección de Culto número 7755.
Además, llevaba diez años residenciado en la comunidad antes indicada en una casa que le adjudicó la Misión Vivienda. La residencia era utilizada como centro de oración y enseñanzas.
Tres de los menores abusados, entre cuatro años y doce años, los alojó en su casa, situación que fue consentida por sus padres, ya tenían un año en este lugar.
Miembros del consejo comunal y algunos vecinos sospechaban que el sujeto era un falso profeta por la actitud que adoptaba hacia los niños y adolescentes, sin embargo, no tenían como demostrarlo, e incluso llegaron a insinuarles a locales que este individuo era un lascivo, sin embargo, el prójimo los reprendían.
Vargas, andaba siempre con Joel José Rivas de 53 años, trabajaban de manera premeditada, sabían seleccionar a sus víctimas. Se aprovechaban de los más débiles de la comunidad, aquellos de escasos recursos, consumidores de drogas y alcohólicos.
Adolescente de la comunidad le decían al reverendo “El Pastor Diabólico”, otros “El Pastor Gozón”.
El supuesto pastor y magister en teología a su lado el copastor y el tercero padrastro de tres de los menores abusados
Existen sospechas que son más de 9 abusados
Sólo cinco fueron los menores que se les pudo comprobar que eran ultrajados. Tres registraron abuso sexual y dos eran tocados; también el hermano de una de las víctimas con problemas de discapacidad resultó violado.
El tercero de los violadores responde al nombre de Juan Carlos González (36), conocido en los bajos fondos como “El Indio”, esposo de Eliza Erminda Maurera Piñero, 37 años, madre de tres de los menores en cuestión.
González, padrastro de los niños, golpeaba a su pareja, también abusaba de los niños. El día miércoles 9 de este mes en curso, quiso forzar a la niña de doce años, como lo venía haciendo y la menor lo evitó.
Según, Eliza, aceptaba que abusara constantemente de los infantes a cambio de dinero para que no lo denunciaran y el supuesto pastor les compraba dulces, regalos y otras cosas para mantenerlos cautivos.
Anyuris López del consejo comunal, denunció que una de las víctimas llegó a su casa a las 11 de la noche del día miércoles 9 llorando y asustada, “ella, me explicó lo que estaba ocurriendo”.
Al siguiente día López y Ana Valles, del consejo comunal Valle Verde, acudieron con la abusada hasta el Consejo de Derechos del Niño, Niña y Adolescente, la situación fue ventilada por un fiscal del Ministerio Público y cuerpos de seguridad.
En esta vivienda el sujeto y sus acólitos abusaban de los menores, en este mismo lugar realizaban cultos religiosos. Foto: Níger
Refugio del pastor
Una vez que el Ministerio Público, CDNA, Cicpc y Policía Municipal, acudieron a la vivienda de Luis Darío Vargas. En el interior de la casa hallaron condones usados, lubricantes, fotografías de los menores, drogas, un látigo, entre otros objetos que comprometían a los violadores.
El supuesto pastor y los otros dos antisociales abusaban de estas personas en un pedazo de colchón que tenían tirado en el suelo en una de las habitaciones de la vivienda.
Vargas, supuestamente viene de Caracas, al parecer era funcionario de la Policía Metropolitana, visitaba a los presos a quienes engañaba y le quitaba dinero; además, llegó a ofrecer título de teología a pastores evangélicos del municipio Piar.
Cuentan dirigentes vecinales que el impostor tenía convencidos a muchos residentes del barrio que llegaron a confiarles sus hijos. En las mañanas y en las tardes, hacían cultos de oraciones, generalmente acudían niños y adolescentes.
El sitio que utilizaba para hacer las concentraciones religiosas, tenía una cartelera y un versículo de Proverbios 26:20: “Sin leña se apaga el fuego y donde no hay chismoso cesa la contienda”.
Habitantes de esta comunidad se hallan consternados, ellos sospechan que pudiera haber más niños abusados por estos tres hombres que fueron presentados ante un tribunal y privados de libertad.
Presuntamente la casa era la concha de los malvados. A pesar de tener diez años habitando en esta comunidad, en el interior de la casa no se logró observar utensilios de cocina, dormitorio, solo un colchón con un pabellón.
El par de hombres salía y se ausentaba por día, al parecer ellos visitaban otros sitios en el municipio Sifontes, en donde pudieran existir otras víctimas de los mencionados delincuentes.
Bladimir Martínez Ladera
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