Álvarez dio su cañonazo de la ventaja para coronar la mayor remontada de Nueva York esta temporada. Foto MLB

Momentos después de que Francisco Álvarez conectara su cuadrangular de dos carreras que le dio la ventaja a los Mets en la octava entrada del partido del martes, el venezolano se detuvo en la primera base, giró hacia sus compañeros en la cueva y soltó un grito. ¡Vamos!

Álvarez acababa de ser el autor del batazo más importante del equipo de Queens en lo que va de la temporada, impulsando a los Mets a la victoria por 9-7 sobre los Cachorros y poniendo otra vez el destino en sus manos. El triunfo, junto a la derrota de los Rojos ante los Piratas, ubicó a Nueva York a un juego sobre Cincinnati en la lucha por el tercer Comodín de la Liga Nacional con cinco partidos restando. Los Diamondbacks, que comenzaron la jornada a un juego de ambos equipos, comenzaron a jugar después.

Sobre todo, el triunfo le dio a los Mets otra muestra de que no es el fin del mundo. Puede ser que sean la clase de equipo que siempre han insistido que son, incluso cuando las derrotas se acumulaban y la tabla de posiciones en el Viejo Circuito tomaban otra forma.

“La verdad”, expresó el relevista Ryne Stanek, “se sintió como el momento que siempre estábamos esperando”.

Fue un momento que no parecía muy probable dos horas antes, cuando David Peterson concedió cinco carreras en 1.1 episodios para dejar a los Mets en un abismo tempranero. En un momento del año cuando cada partido es prácticamente uno encuentro de postemporada, el dirigente de Nueva York, el venezolano Carlos Mendoza, realizó un movimiento inmediatamente, sacando a Peterson en el segundo episodio sin pensar en la carga de trabajo que significaría para el bullpen.

“No puedo pensar en mañana”, explicó Mendoza después. “Debo hacer lo necesario para ganar hoy”.

Errores aprovechados

Los Mets aprovecharon un error crucial de los Cachorros para empatar el compromiso en el quinto capítulo. Cuando el torpedero Dansby Swanson no fildeó una rodada de posible doble play de Álvarez, Nueva York respondió con un roletazo de out productor, un boleto negociado, un sencillo impulsor y un cuadrangular de tres vueltas de Brandon Nimmo para empatar el partido.

Tres innings después, Brett Baty fue la chispa de los Mets con un sencillo y Álvarez dio su cañonazo de la ventaja para coronar la mayor remontada de Nueva York esta temporada. Cuando lo logró se puso las manos sobre el casco y observó la cueva del visitante para dar un grito.

“Fue un gran momento en su joven carrera”, dijo Nimmo. “La mayoría se olvida que apenas tiene 23 años. Es un gran momento para que él pueda pensar y tener confianza que puede dar la cara en momentos así.

Aparte de poner arriba a Nueva York, el cañonazo llama la atención en otro aspecto. Álvarez está jugando con un tirón en un ligamento del pulgar derecho, que necesitará una operación después de la temporada, y un meñique izquierdo fracturado. Durante la última estadía como local de los Mets, Álvarez recibió un bolazo de 100 mph en el codo izquierdo y volvió al lineup al día siguiente.

Los compañeros describen a Álvarez como una de las piezas que forma el alma y corazón del clubhouse, pese a su joven edad y relativa falta de experiencia. Tras cuatro campañas en las Grandes Ligas, Álvarez no se ha podido afianzar con consistencia, en gran parte debido a las lesiones que lo siguen impactando.

Y de todas maneras busca hacerlo ahora mismo. Puede ser que este era el momento que siempre esperaba.

“Seré honesto: No pienso en nada de las lesiones cuando estoy allá jugando”, declaró Álvarez. “Mi único enfoque es en ganar y volver a los playoffs”.

“El año pasado estuvimos en los playoffs y llegamos lejos. Y me encantó como se sintió eso. Mi único objetivo es ganar y volver a los playoffs. Porque pienso que este equipo se merece estar ahí. Nada más se atraviesa por mi mente”

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