Atenas.- El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, aseguró este viernes que su Gobierno legislará para proteger a las víctimas de violencia sexual y acabar con la impunidad, mientras siguen acumulándose las denuncias de abusos en distintos ámbitos.
Mitsotakis se mostró convencido de que el movimiento #MeToo surgido en Grecia el pasado mes ya ha comenzado a impactar la sociedad y aseguró que cualquiera que piense en ejercer violencia y abusar de su poder se lo pensará «dos o tres veces» porque sabrá que ahora es mucho más probable que se le exponga públicamente y que la justicia le condene que hace unos años.
«El problema no es solo legal, podemos hacer cambios legislativos, pero es mucho más complicado», destacó Mitsotakis tras reunirse con la presidenta de República, Katerina Sakelaropulu, e invitó a denunciar y continuar el diálogo político y social para asegurar que la violencia sexual no se acepte en el futuro.
El debate está ahora más centrado en el mundo del teatro, aunque la oleada de denuncias comenzó en enero gracias a la medallista olímpica de vela Sofía Bekatoru, que contó cómo en 1998, cuando celebraba su calificación para los Juegos Olímpicos de Sídney, el vicepresidente de la Federación Griega de Vela, Aristidis Adamopulos, supuestamente la violó en la habitación de un hotel.
La Fiscalía de Atenas ha abierto una investigación sobre abusos sexuales en el mundo teatral, gracias a las denuncias de decenas de actrices y algunos actores, que han señalado a varios personajes destacados del sector.
Uno de los investigados es el hasta hace poco director del Teatro Nacional Dimitris Lignadis, que fue obligado a presentar su dimisión tras una avalancha de denuncias contra él.
La ministra de Cultura y Deporte, Lina Mendoni, ha sido fuertemente criticada por la oposición, que ha pedido su dimisión por guardar silencio durante días y no despedir a Lignadis inmediatamente, nombrado por ella en septiembre de 2019.
Este viernes, la ministra aseguró no conocer realmente a Lignadis y lo calificó de «peligroso».
«Cuando comenzaron los rumores le pedimos que dijera la verdad. Nos engañó, me engañó. Intentó convencernos de que los rumores no tenían nada que ver con él, e insistía, a pesar de que los rumores se multiplicaban», destacó Mendoni en una rueda de prensa.
Muchos de los casos que están saliendo a la luz, como el de Bekatoru, no tendrán consecuencias legales, pues en Grecia este tipo de delitos prescribe a los 15 años, pero el debate está teniendo un impacto innegable sobre una sociedad profundamente machista, donde hasta ahora la mayoría de víctimas de violencia sexual no acudían a las autoridades ni a sus redes de apoyo.
Según dos encuestas recientes, más de la mitad de las mujeres griegas han sufrido abusos o acoso sexual alguna vez. En la mayoría de casos, en su lugar de trabajo o en la calle.
EFE
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