

El presidente colombiano, Gustavo Petro, defendió este miércoles la compra de 17 cazas Gripen a la compañía sueca Saab y calificó como una «completa tropelía» las acusaciones de que recibieron comisiones por este multimillonario negocio.
«He pedido que se publiquen todos los datos de los contratos (…) el contrato se firmó hace unos días. Y en esa medida decir que recibimos comisiones es una completa tropelía», afirmó Petro en una alocución pública.
El mandatario explicó que el contrato se firmó tras tres años de negociaciones minuciosas y resaltó que estas aeronaves son «fundamentales» para «armar el Estado y disuadir las acciones armadas del narcotráfico».
La adquisición, que suma 16,5 billones de pesos colombianos (unos 4.387 millones de dólares), incluye no solo los aviones, sino también armamento, mantenimiento y entrenamiento para los pilotos mediante simuladores.
Además, Petro destacó que el contrato contempla ayudas sociales como inversión en hospitales, fabricación de paneles solares en la región del Caribe y suministro de agua potable para el desértico departamento de La Guajira.
El presidente colombiano recordó que esta compra reemplazará la vieja flotilla de aviones israelíes Kfir, adquiridos de segunda mano en la década de los 80, que ya estaban próximos a cumplir su vida útil y representaban un riesgo.
La senadora opositora Paloma Valencia cuestionó el aumento del precio unitario y la elección de los Gripen frente a modelos como los F-16, pero Petro sostuvo que la Fuerza Aérea Colombiana participó directamente en la selección y respaldo del contrato, que calificó de “histórico” para la defensa del país.
Esta operación representa una de las mayores inversiones en defensa en Colombia en años recientes y busca modernizar la capacidad aérea para enfrentar amenazas internas y externas.
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