El comandante del Ejército colombiano, el general Luis Mauricio Ospina, será investigado por la Procuraduría porque supuestamente ordenó hacer seguimientos e interceptaciones ilegales al profesor de inglés de su esposa, para lo cual lo vinculó como supuesto miembro de las disidencias de las FARC, informó este domingo el Ministerio Público.
Según una publicación de la revista Semana el general Ospina ordenó investigar a Leonardo Colmenares, profesor de inglés de su esposa, quienes entablaron una amistad a raíz de sus clases, lo que hizo que su esposo tuviera dudas sobre las verdaderas razones por las que se reunían periódicamente.
Para justificar esos seguimientos y escuchas ilegales, el general Ospina hizo pasar a Colmenares como integrante del frente Carolina Ramírez, de las disidencias de las FARC que comanda alias «Iván Mordisco».
Inteligencia y contrainteligencia
El comandante del Ejército reconoció a la revista Semana que él dio la orden de investigar al profesor y culpó a sus subalternos de cualquier irregularidad que hubiesen podido cometer en este caso.
«De acuerdo con las denuncias publicadas en medios de comunicación, el alto mando militar, presuntamente, habría abusado de sus funciones y habría ordenado utilizar los servicios de inteligencia y contrainteligencia del Ejército, para fines personales», explicó el Ministerio Público en un comunicado.
La investigación disciplinaria de la Procuraduría busca determinar si, además, el general Ospina «habría ordenado un montaje, acusando sin prueba alguna a un ciudadano de pertenecer a un grupo al margen de la ley, y así justificar dichos seguimientos».
Igualmente, el órgano de control comprobará, a través de la recolección de testimonios, pruebas y documentos, «si el actual comandante del Ejército habría incurrido en faltas disciplinarias, al abusar de su poder y usar los servicios de inteligencia y contrainteligencia, así como utilizar a subalternos, para fines alejados a los de la institucionalidad».
Por su lado, el Comando del Ejército dijo en un comunicado que las labores de inteligencia y contrainteligencia están definidas en leyes estatutarias.
«En el caso específico de la función de Contrainteligencia, las actividades buscan anticipar, prevenir, detectar y neutralizar acciones para proteger al personal, las instalaciones, el material y la información», dice el comunicado.
Y añade: «Es allí donde se sustenta la facultad del Comandante del Ejército para ordenar a la Unidad Militar de Contrainteligencia adelantar actividades de verificación, frente a una información que alerta sobre una posible vulneración de la seguridad e integridad del Comandante y su núcleo familiar».
El documento finaliza ratificando «su política de cero tolerancia con cualquier acto que viole o afecte los derechos fundamentales de las personas».
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