Kabul.- El máximo líder de los talibanes, el mulá Hibatullah Akhundzada, llamó este domingo a crear un sistema islámico en Afganistán que incluya a todos los sectores de la sociedad afgana, que se instauraría cuando se cumpla la retirada de las tropas extranjeras, prevista para antes del 11 de septiembre.
«Aseguramos a toda la nación que, tras el fin de la ocupación, tendremos un sistema islámico que incluya a los afganos, en el que todos se sentirán representados y nadie verá violados sus derechos», afirmó el líder talibán en un mensaje con motivo de Eid-ul-Fitr, festividad que marcará el fin del Ramadán la semana que viene.
Akhundzada subrayó que los talibanes «priorizan las negociaciones y el entendimiento» para poder avanzar en las negociaciones de paz intraafganas, que comenzaron el pasado septiembre sin avances significativos, y culpó al Gobierno de Kabul de intentar «sabotear en repetidas ocasiones el proceso político en curso».
«Una vez más pido a los afganos en la oposición que pongan fin a todos los intentos de continuar la guerra. Esta tierra es el hogar compartido por todos. Debemos unirnos bajo los mandatos islámicos y protegernos de toda discordia y prejuicio», remarcó, en referencia al Gobierno y a los líderes políticos afganos.
PACTO INCUMPLIDO
Aseguró que Afganistán está «a punto de lograr la total libertad e independencia», y advirtió que si EE.UU. «incumple» nuevamente su compromiso de retirar todas sus tropas a principios de septiembre, será «responsable de las consecuencias», ya que pretenden responder para lograr la «soberanía (…) a cualquier costo».
Según el acuerdo de Doha firmado en febrero del año pasado, Estados Unidos debía retirar sus tropas antes del 1 de mayo, pero la nueva Administración estadounidense retrasó esa fecha al 11 de septiembre, coincidiendo con el veinte aniversario de los atentados que desencadenaron la invasión del país y la caída de los talibanes.
Akhundzada consideró el reciente inicio de la fase final de la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN de Afganistán como «un buen paso», e instó a que se cumpla todo el pacto.
La parte estadounidense ha sido acusada de haber «violado» el acuerdo «repetidas veces», al no liberar a todos los prisioneros talibanes como estaba previsto tras el inicio de las conversaciones intraafganas, o la retirada de los nombres de los líderes insurgentes de la lista negra de sanciones.
Aunque el año pasado el Gobierno afgano liberó a más de 5.000 prisioneros talibanes sobre la base del acuerdo de Doha para facilitar las conversaciones intraafganas, recientemente se opuso a la liberación de otros 7.000 prisioneros ya que, según sus estimaciones, el 90 % de los insurgentes liberados, en contra de lo pactado, regresaron al campo de batalla.
Pensando ya en el Afganistán posterior a la ocupación, el líder talibán recordó que buscan «relaciones cordiales y positivas» basadas en el respeto mutuo y la buena conducta con todos los países, y aseguró «que nadie será golpeado desde territorio» afgano, como sí sucedió con los ataques del 11-S.
«Nuestra patria necesitará urgentemente la reconstrucción y la autosuficiencia después de la independencia», por lo que pidió a los afganos que contribuyan al desarrollo de Afganistán en busca de «un país próspero y progresista a la sombra de un sistema islámico».
EFE
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