El piloto del equipo Penske Josef Newgarden de Estados Unidos celebra hoy tras ganar las 500 Millas de Indianápolis, Indiana (EE.UU.). EFE/Jeremy Hogan

Josef Newgarden (Team Penske) ganó este domingo por primera vez las 500 millas de Indianápolis, que este año estuvo marcada por múltiples accidentes que demoraron la conclusión, y que se decidió en las dos últimas vueltas.

El líder Alex Palou (Chip Ganassi), cuarto tras salir de la ‘pole’, fue uno de los grandes perjudicados en el epílogo al recibir un impacto en boxes del neerlandés Rinus Veekay (Ed Carpenter).

La última bandera roja del día se mostró a dos vueltas para el final y se reanudó con el sueco Marcus Ericsson (Chip Ganassi) primero, Newgarden segundo y Santino Ferrucci (AJ Foyt) tercero. Una mini carrera al sprint en la que el más práctico fue el norteamericano para saborear la gloria.

Newgarden tuvo la paciencia de evitar posibles contactos, y no atacó hasta la última vuelta. Le salió bien la estrategia y cruzó primero la línea de ladrillos de Indianápolis.

El campeón lo celebró con los aficionados: «Siempre quise ir a la grada en Indianápolis a celebrar con la gente, es un sueño que quería vivir alguna vez en mi vida. Este lugar es increíble, así como la energía del público de Indianápolis».

Ericsson estuvo a punto de repetir éxito y ganar por segundo año consecutivo. Tras él, completó el podio un Ferrucci, que fue uno de los grandes animadores, llegando incluso a liderar varias vueltas, y obtuvo un tercer puesto que supone el mejor resultado en las 500 millas para un AJ Foyt desde el año 2000.

PALOU, EL GRAN PERJUDICADO

El cuarto clasificado fue Palou, que dominó en la primera mitad de la carrer. La estrategia le permitió competir de tú a tú con dos McLaren, el del mexicano Pato O’Ward y el sueco Felix Rosenqvist, que se relevaron en cabeza durante esa primera mitad.

En una entrada masiva a boxes por bandera amarilla antes de la vuelta número cien, Veekay (Ed Carpenter) perdió el control de su monoplaza y golpeó al español contra el muro, obligándole a cambiar el alerón delantero y los neumáticos, y a reanudar desde las posiciones más atrasadas.

«Desde ese momento tuvimos que cambiar la mentalidad y empezar de cero. Tuve algo de suerte con las amarillas para poder remontar. Fue duro para todos», comentó Palou.

Poco a poco fue recuperando posiciones hasta colarse entre los cinco primeros, y en esas últimas dos vueltas logró adelantar al McLaren del norteamericano Alexander Rossi.

Una remontada impensable de no haber sido por el gran trabajo del equipo en la puesta a punto del vehículo.

«Tuvimos uno de los mejores coches hoy. No acabamos cuartos si no es porque tenemos este coche”, afirmó Palou.

El cuarto puesto de Palou le sirve al menos para mantener el liderato del campeonato de la IndyCar por delante de Marcus Ericsson y Pato O’Ward. Levantar el segundo título pasa ahora a ser el gran objetivo del español una vez que se escapan otro año más las 500 millas. La próxima carrera será en tan solo una semana en Detroit.

ACCIDENTE TRAS ACCIDENTE

Fue una carrera marcada, un año más, por los accidentes. Pero en esta edición especialmente concentrados en las últimas vueltas, que provocaron la demora en el desenlace.

En la zona de boxes también se vieron muchos contactos poco habituales, con vehículos derrapando al salir o entrar y llevándose por delante a rivales.

El accidente más importante ocurrió a catorce vueltas para el final, cuando Rosenqvist chocó contra el muro y perdió el control del monoplaza, quedando en medio del trazado. No pudo evitarlo Kyle Kirkwood (Andretti Autosport), quien voló literalmente con su coche hasta aterrizar boca abajo en unas imágenes terroríficas.

El piloto tuvo que abrir su visera del casco para poder respirar mientras de fondo se veían las chispas que saltaban por el contacto del coche con la pista. Afortunadamente salió ileso tras protagonizar el gran susto del día.

Se reanudó entonces un pulso de catorce vueltas, nueve en concreto tras la bandera verde con O’Ward líder, Ericsson segundo y Newgarden tercero. El norteamericano se puso primero en una gran maniobra en la primera curva, el sueco segundo.

Hubo otro accidente tan sólo dos vueltas después de la bandera verde, O’Ward estrelló su McLaren tratando de adelantar a Ericsson por el interior. El argentino Canapino (Juncos) no le pudo evitar y se estampó ante el McLaren, los dos pilotos latinos quedaron fuera de carrera al mismo tiempo.

Un O’Ward muy frustrado atendió a los medios al salir de su chequeo médico.

«Fue bonito estar ahí, iba a por ello», manifestó el mexicano que vuelve a quedarse un año más con la miel en los labios.

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