EFE/EPA/ANTON BRINK

Los líderes de los países nórdicos y de Canadá mostraron hoy al término de una reunión en las Islas Vetman (Islandia) su preocupación por las posibles implicaciones del motín del grupo militar ruso Wagner y apoyaron el ingreso de Suecia en la OTAN.

La situación en la guerra en Ucrania y la rebelión de Wagner ocuparon un lugar central en la reunión anual de líderes nórdicos, que tuvo como invitado al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, pero ninguno de los mandatarios quiso hacer conjeturas al respecto, aunque todos coincidieron en la gravedad de lo ocurrido.

«Todos tenemos muchas preguntas pero no demasiadas respuestas. No creo que sea bueno para nadie empezar a especular», dijo en rueda de prensa Trudeau, que hizo una llamada a la «precaución».

La primera ministra islandesa, Katrín Jakobsdóttir, que ejerció de anfitriona, considera que el motín pone de manifiesto «lo rápido que pueden evolucionar los acontecimientos», pero añadió que se trata de un «asunto interno» de Rusia, si bien es necesario seguir con atención lo que ocurra.

«Nadie sabe exactamente qué ha pasado ni qué pasará, pero hay que estar preparados y lo estamos», afirmó el primer ministro de Finlandia, Petteri Orpo.

La reunión anual de los mandatarios nórdicos envió también un mensaje de apoyo al ingreso de Suecia en la OTAN, aprobado hace un año en Madrid al igual que el de Finlandia, pero a la espera de que Hungría y Turquía, los dos únicos miembros que faltan por hacerlo, ratifiquen la entrada.

«Ya quedó claro hace un año en Madrid que Suecia y Finlandia cumplían los criterios. Es responsabilidad de cada país, pero las dos ratificaciones que faltan deberían ser hechas antes de la cumbre de la OTAN en Vilna (11 y 12 de julio)», dijo el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre.

Suecia y Finlandia, que pusieron fin a su histórica no alineación militar a raíz de la intervención militar rusa en Ucrania, vieron aceptadas sus solicitudes de ingreso tras un acuerdo a última hora con Turquía para que levantara su veto.

Pero mientras Finlandia ya fue aceptada como miembro de pleno derecho a principios de abril, Suecia sigue esperando a vencer las reticencias turcas y húngaras.

Budapest ha criticado la actitud «hostil» de Suecia y ha apuntado a que es necesario resolver una «amplia cantidad de quejas», mientras que Ankara reprocha a este país nórdico que no extradite a personas vinculadas a organizaciones que considera terroristas, especialmente del ámbito kurdo.

«Todos tenemos que enviar un mensaje claro. Suecia está lista y necesitamos a Suecia», afirmó Orpo.

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