La práctica médica se rige por estrictos principios éticos y morales que cada médico que ejerza debe entenderlos, comprenderlos y ejecutarlos. Para ello es necesario tener una profunda formación que parte desde el mismo seno familiar del que sale este médico, quien debe tener principios y valores enraizados en lo más profundo de su ser, con un criterio humanista y fiel cumplidor de la doctrina hipocrática.
Corresponde a cada médico cumplir con lo que establece la ética médica (la ética o deontología trata del espacio de la libertad del hombre solo sujeto a la responsabilidad que le impone su conciencia, por lo tanto la ética no impone sanciones legales o normativas, sin embargo los códigos legales la regulan).
Difícil a veces de entender pero no de aplicar si se cuenta con la suficiente formación familiar de valores y principios, de la suficiente formación profesional y de la capacidad de ejecutarla en un ambiente que no disminuya ni las fuerzas ni la espiritualidad que debemos tener al ejercer nuestra profesión.
En la adversidad que laboramos y con las condiciones críticas en que actualmente vivimos, en un país donde la institucionalidad dejo de tener relevancia e importancia, donde muchas veces el equipo de salud se siente desamparado de la protección y capacitación que deben ejecutar los entes encargados de brindarlas, aparte de la presión psicológica que agobia al equipo de salud, puede hacer que en un momento determinado se mal interprete la actitud del profesional que atiende al necesitado, generando actitudes y resultados indeseados por los pacientes, familiares y por supuesto por los médicos que atendemos a nuestro paciente(Síndrome de Burnout).
Ante tales presiones necesitamos tener un equipo de salud sano desde todo punto de vista, bio-psico-social, y evitar a toda costa de que los que están tratando a los enfermos se enfermen y algunos fallezcan como resultado de este abandono gubernamental, como está ocurriendo en estos tiempos de la Covid 19.-
La naturaleza del acto médico es trabajar mirando hacia adelante, con el conocimiento de lo que quedo atrás, tratando de modificar favorablemente el curso de las enfermedades, minimizando al máximo los errores diagnósticos.
En estos tiempos de crisis recomiendo que como parte de la lucha por mantener un buen ejercicio profesional y que nos llene de satisfacción, debemos mantener la amistad medica como atmosfera primordial que acerca al médico y al paciente, propiciando el encuentro cálido y positivo médico-paciente. ”El más hondo fundamento de la medicina es el amor” (Paracelso).
En la relación médico paciente no solo influye nuestra ciencia sino nuestra persona, por ello es necesario mantener lo enunciado por Karl Jaspe: ”cuanto mayor el conocimiento y la pericia científica, cuanto más eficiente la aparatología para el diagnóstico y la terapia, mas resulta difícil encontrar a un buen médico, tan solo un médico”.
Para finalizar, es necesario recordarle a todo el equipo de salud que laboramos en la parte pública, privada, red ambulatoria, red hospitalaria, que comulguemos en este maremágnum de cosas y que mantengamos la unión y el respeto que nos merecemos uno y cada uno de nosotros, recordemos que estamos siendo observados y que las opiniones que emitimos pueden ser libremente interpretadas por quienes nos oyen.
Hasta la próxima.-
Dr. Hugo Lezama Hernández.
Pediatra Puericultor. Egresado de Universidad de Oriente (UDO).
Miembro de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, Filial Bolívar.
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!