Representantes del pueblo Jivi, asentado en la zona del rio Caura, municipio Sucre del estado Bolívar, pidieron la aplicación de las leyes especiales de justicia para los pueblos indígenas en el caso del capitán general Orlando José Rondón, el cual se encuentra privado de Libertad bajo una acusación de secuestro.

Rondón está detenido en la sede del Destacamento 621 de la Guardia Nacional Bolivariana, en Ciudad Bolivar.

El capitán general Orlando José Rondón habita en la comunidad de La Felicidad, y fue privado de libertad por el  Tribunal Tercero de Control del Primer Circuito Judicial del Estado Bolívar,  a cargo de la abogada Fabiola Montes de Oca.

Debe permanecer en su comunidad

Hasta esta ciudad vino una delegación de capitanes  indígenas y familiares del detenido, para solicitar a los órganos de justicia la aplicación de lo que establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, además de lo establecido en los Derechos Internacionales de los Pueblos Indígenas, principalmente en lo atinente al lugar de reclusión de los indígenas sometidos a proceso.

En ese sentido, Claudio Rodríguez, representante del pueblo Jivi y segundo capitán de la comunidad La Felicidad, expresó que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, establece que ellos tienen sus propios órganos de justicia y que, según estos instrumentos legales, los indígenas acusados de algún delito deben permanecer recluidos en su propia comunidad.

«Mi capitán general no debe estar detenido en la sede de la Guardia Nacional, sino en la comunidad La Felicidad, a la orden de las autoridades mientras se da el proceso», dijo el representante indigna.

Acusado falsamente

Asimismo, Rodríguez indicó que Rondón fue acusado falsamente.

«Un hombre a que le había prestado una gasolina se presentó a la comunidad La Felicidad junto a su mujer y un niño, y dijo que ella lo esperaría allí mientras él iba a buscar la gasolina o dinero para pagarle al capitán, pero no volvió. La mujer se quedó allí hasta el otro día, cuando llegó su papá en un carro de la Guardia Nacional, diciendo que el capitán la tenía secuestrada. El capital no estaba en ese momento, pero lo detuvieron en el pueblo de Maripa, cuando por pedido de los guardias él se fue en su propio carro hasta el comando. Todo esto a pesar de que la mujer que supuestamente estaba secuestrada dijo que ella no estaba secuestrada, sino que se quedó en la comunidad esperando a su marido, que la dejó allí», relató Rodríguez para finalizar.

 

 

 

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